Al crimen organizado no le gusta que se investigue el tema de las personas desaparecidas en Guanajuato, dijo el especialista en seguridad, David Saucedo, tras el asesinato de Javier Piña, el activista integrante de la Comisión Estatal de Búsqueda.
Saucedo comentó que este sería el primer caso de un activista asesinado en Guanajuato ya que en otros estados de la República la situación es repetitiva, pues en cuestiones de inseguridad, llega el momento en que los cárteles comienzan a asesinar a defensores de los derechos humanos porque no les gusta que se indague en estos temas.
“Lamentablemente el asesinato del integrante de la Comisión Estatal de Búsqueda se suman a una larga lista de colectivos de derechos humanos que han sido asesinados en diferentes partes del país, a los cárteles no les gusta que se busque, que se analice”, comentó.
Dijo que en una situación de inseguridad llega el momento en que los grupos delictivos empiezan a tomar acciones contra los activistas como es el caso de Javier Piña, quien en diciembre pasado se integró a la Comisión Estatal de Búsqueda.
El joven de 27 años de edad que fue asesinado en Salvatierra, previamente había hecho una ardua labor en la búsqueda de personas ya que su hermana Guadalupe Piña había desaparecido meses antes en el municipio donde ambos fueron asesinados.
Ahí, junto con su papá, encontraron algunas fosas clandestinas en predios del centro de la ciudad donde estaba el cuerpo de su hermana El especialista dijo que aunque no tiene pruebas contundentes sobre los vínculos del crimen organizado con el asesinato del buscador, dijo que normalmente llega el punto en que los cárteles de la droga asesinan a los activistas porque no les gusta que se investigue y menos que encuentran las fosas clandestinas como está ocurriendo en Guanajuato.
Señaló que por lo regular las “narcofosas” y los “narcocementerios“ están custodiados por halcones por lo que esto pudiera ser un mensaje claro del crimen organizado para que se deje de buscar principalmente en las zonas donde los cárteles se disputan las plazas.
Aseguró que este caso se suma a una larga lista de activistas asesinados en México que buscan la protección de los derechos humanos de las personas, pero que terminan muertos en manos de las organizaciones criminales.