Las autoridades sanitarias británicas han emitido una advertencia urgente después de que se descubriera que algunos cigarrillos electrónicos incautados en el Reino Unido contenían una droga mortal carnívora.
La xilacina, un potente tranquilizante que suelen utilizar los veterinarios con animales grandes, como caballos y vacas, se descubrió en vapeadores confiscados en Luton, Bedfordshire.
En Estados Unidos, la xilacina, un potente sedante, relajante y analgésico que utilizan los veterinarios con animales grandes como vacas y caballos. Sin embargo, allí y en otros países, narcotraficantes la mezclan con fentanilo y heroína y la venden a consumidores que, en poco tiempo, ven cómo la piel y los músculos se les pudren.
Autoridades locales británicas descubrieron más de 2.5 millones de vapeadores ilegales y potencialmente nocivos en los últimos tres años, informó el diario Daily Mirror.
Karl Warburton, de 43 años, se convirtió en mayo del año pasado en la primera persona británica víctima de la droga, al fallecer de neumonitis aguda por aspiración, una afección causada a menudo por la inhalación de toxinas, indicó el medio. Los médicos dijeron que sufrió una sobredosis por una mezcla de xilacina, heroína, fentanilo y cocaína, conocida en el mercado como tranq.
Las autoridades advierten que los vapeadores alterados pueden tener implicaciones potencialmente mortales.
Abbas Kanani, farmacéutico jefe de Chemist Click, declaró a The Sun: “Podría tener efectos graves y potencialmente peligrosos. En casos graves, la depresión respiratoria puede poner en peligro la vida”.
Los cigarrillos electrónicos ilegales no cumplen la normativa legal del Reino Unido, lo que significa que pueden tener niveles más altos de concentración de nicotina, incluir ingredientes prohibidos o tener depósitos sobredimensionados para el líquido de nicotina.
También se ha descubierto que los cigarrillos electrónicos ilegales pueden contener altos niveles de plomo, níquel y cromo.
Kate Pike, responsable del Chartered Trading Standards Institute, dijo a The Guardian que los vapeadores decomisados hasta ahora sólo son “la punta del iceberg”.
Explicó que «hay un número significativo de productos ilegales en el mercado, lo que no ayuda cuando estamos intentando apoyar la respuesta de salud pública, que es garantizar que los productos son mucho más seguros que el tabaco para los fumadores que quieren dejar de fumar”.
Una de las preocupaciones principales es que estos vapeadores no lleguen a los jóvenes, que se ven atraídos por otros a utilizarlos.
“Sabemos que los vaporizadores legales suponen una fracción del riesgo de fumar, pero no sabemos cuál es el riesgo de los vaporizadores ilegales”.
A principios de este mes, los responsables del NHS dieron la voz de alarma por el aumento del número de niños ingresados en el hospital por consumir vapeadores.
Según el NHS, 40 niños y jóvenes fueron hospitalizados en Inglaterra el año pasado por “trastornos relacionados con el vapeo”, frente a los 11 de dos años antes.
Pediatras han advertido que “el vapeo juvenil se está convirtiendo rápidamente en una epidemia entre los niños” y han pedido al Gobierno que prohíba los vapeadores desechables.
Un portavoz del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social ha declarado: “Es ilegal vender vaporizadores de nicotina a los niños y nos preocupa el reciente aumento del consumo entre los jóvenes, sobre todo por los daños desconocidos a largo plazo”.