Francisco Ignacio Lomas Juarez, médico pasante asignado a la clínica Unidad Médica Rural (UMR) 35, de la comunidad de Zarqueños, municipio de Indé, Durango, tiene seis meses en el servicio social y como encargado del lugar.
Manifiesta que durante el tiempo que ha brindado atención a la población de dicha comunidad recibió un buen trato por parte de los habitantes, sin embargó, no todos sus compañeros tienen la misma suerte.
“No tengo más que decir cosas buenas de mi población, se me ha tratado muy bien, pero no porque a mi nunca me haya pasado, no quiere decir que no pase, hace dos semanas a 10 minutos de mi localidad hubo una extorsión y un secuestro contra un compañero pasante”, afirmó.
Lamentablemente menciona, no en todas las comunidades tienen gente que esté velando por la seguridad de quienes habitan en esos lugares, aunque la mayoría son personas buenas.
“La mayoría de la gente que habita en esos lugares es gente buena y de buen corazón, que necesita atención médica, pero no representan a la totalidad de la población”, aseguró.
Como médicos pasantes, asegura que representan una mano de obra barata para el gobierno federal, debido a que laboran bajo condiciones precarias, pues en el lugar en donde ofrecen su servicio no cuentan con agua, luz, servicio de internet y en ocasiones se atiende a los pacientes con el poco recurso que se les otorga.
“A veces tenemos que atender partos sin ni siquiera tener unas pinzas para cortar el cordón umbilical, ese es el nivel de precariedad en el que nos tienen a nosotros los pasantes”, aseveró.
Aún y cuando en lo personal no ha enfrentado una situación de inseguridad, Francisco manifiesta que la mayoría de los médicos pasantes están ubicados en zonas serranas en donde el riesgo es latente.
“Estamos en un riesgo que no es necesario, que representa acabar con algo como lo es un título académico y con nuestra carrera “, atestiguó.
Para poder llegar a las comunidades, muchos de ellos tardan hasta más de 12 horas, situaciones en las que se complica atender a la población.
“Es muy complicado poder llegar a dar un servicio de salud adecuado, porque a final de cuentas es lo que se merece la población, un buen nivel de salud y un servicio adecuado, que nosotros no podemos otorgar por culpa de las instituciones, que nos mandan a laborar en estados de precariedad”, comentó.
Francisco manifiesta que luego de ser retirado de la comunidad en donde se encontraba, para él existen diversos sentimientos, pues por un lado hay alegría por la unidad como gremio impedido que desafortunadamente fue por un acontecimiento lamentable, así como de esperanza para que una práctica como es el servicio social se elimine.