De las cinco denuncias realizadas por candidatos a un puesto de elección popular en el Istmo de Tehuantepec por hechos delictivos, como amenazas de muerte, el único que presentó videos de manera pública fue el candidato a la presidencia municipal de San Blas Atempa por la Coalición PRI-PAN-PRD, Fredy Trinidad Acevedo.
Su denuncia la sustentó a través del material grabado, en donde exhibe el peligro que corre su vida y la de los integrantes de su planilla, ya que durante un mitin en dicha población, le apuntaron a la frente con un rayo láser que presuntamente salía de un arma sostenida por una persona desde un cerro cercano a donde se encontraba.
Aunque no logró identificar a los tres personajes que estaban ubicados en el Cerro del Tigre, intimidándolo con sus armas, lo consideró como parte del juego sucio para sembrar el pánico en él y su equipo de trabajo, por lo que denunció los hechos ante la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), para que realicen las investigaciones, además de hacer un llamado al gobierno a garantizar una elección pacífica el 6 de junio.
Esta denuncia forma parte de las 54 agresiones que han sufrido políticos y candidatos en el estado de Oaxaca en el periodo que va del 7 de septiembre de 2020, cuando arrancó la presente contienda electoral, hasta el 20 de mayo de 2021, según el Indicador de Violencia Política en México (IVP) elaborado por Etellekt Consultores.
Se encienden las alarmas
Morena denuncia amenazas de muerte contra su candidato en Juchitán/ Foto: Especial
En entrevista con EL UNIVERSAL, Rubén Salazar, director de la consultoría, afirma que lo que pasa en el estado es muy preocupante, ya que Oaxaca ocupa el segundo lugar a nivel nacional por el número de agresiones a candidatos y políticos, sólo por debajo de Veracruz que registra 106.
Estas 54 agresiones en Oaxaca se han registrado en 31 municipios; la ciudad de Oaxaca encabeza la lista con 10 agresiones; le sigue Juchitán, con cinco; Matías Romero, con cuatro; Santa Cruz Amilpas y Santa Lucía del Camino, con tres cada uno, y Ocotlán de Morelos, con dos.
A estas cifras habría que sumar los ataques considerados como violencia de género.
Por tipo de agresiones, se considera que 20 fueron amenazas; 11, intentos de homicidios; cinco, privaciones de la libertad; cuatro, atentados contra colaboradores de los candidatos; tres, actos de maltrato físico y verbal; tres, daños a la propiedad del candidato con bombas molotov y disparos (nueva modalidad de agresión); dos, intimidaciones por parte de servidores públicos; tres, casos de homicidio en grado de tentativa; dos, casos casos de robo y violencia, y un caso de lesiones.
A nivel nacional, Rubén Salazar dio a conocer que a 15 días de que se realice la jornada electoral, la violencia contra políticos y candidatos se disparó alarmantemente en el último mes, pasando de 476 hechos delictivos hasta el corte del 30 de abril a 665 en sólo 20 días.
Esta cifra equivale a un incremento de 80% en comparación al mismo periodo del proceso electoral 2017-2018, que cerró con 368 hechos delictivos.
Amenazas que se cumplen
Candidato del PT a edil de Juchitán denuncia amenazas de muerte / Foto: Tomada de Facebook
Al igual que en la elección de 2018, las amenazas se convirtieron en el principal instrumento de violencia para infundir miedo, terror en los participantes y abandonen la contienda, dice convencido el especialista.
Etellekt Consultores identificó que las 665 agresiones se registraron en 404 municipios de las 32 entidades, y van desde amenazas físicas y verbales, a las que se ejecutan a través de redes sociales o a través de mensajes SMS o llamadas telefónicas desde líneas de prepago, pero también incluyen secuestros, robos, asaltos, daños a la propiedad de los candidatos o políticos. Del total de agresiones, 75% se registró en opositores a los gobiernos de los estados.
En lo que se refiere a los políticos que han sido asesinados en el actual proceso electoral, el conteo va en 85, de los que 32 eran aspirantes o candidatos de un partido, de los cuales 27 aspiraban a presidencias municipales y 89% eran opositores.
Estos números contrastan con los dados a conocer este viernes por el gobierno federal, que sólo reconoce 13 asesinatos de candidatos.
Al respecto, Rubén Salazar lamenta que el gobierno federal no contabilice a quienes fueron asesinados mientras buscaban la candidatura o el registro.
“El Presidente de la República dijo que son sólo 13 candidatos asesinados. El dato del gobierno es impreciso, equivocado, una cifra menor, es inaceptable que no los cuenten. No podemos permitirle a un gobierno minimizar las pérdidas sólo porque esas personas no obtuvieron una candidatura”.
Señala que tienen identificado que es muy recurrente el patrón de asesinar en los periodos de intercampañas y precampañas, es decir, antes de lograr el registro. Esto sucede, agrega, debido a que en la Ley General de Elecciones y Procedimientos Electorales y las leyes de los estados sólo prevén medidas de seguridad personal a candidatos, pero no para aspirantes.
“Los agresores saben que cuando matan a un aspirante la reacción de la justicia es nula y se clasifica como un homicidio cualquiera, pero siendo candidato ya es otro asunto y prefieren no arriesgarse”, detalla.
Juchitán, bajo miedo
En las últimas dos semanas, en Juchitán al menos cuatro candidatos a la presidencia municipal hicieron público que fueron víctimas de agresiones.
El candidato por el Partido del Trabajo, Emilio Montero Pérez, denunció las amenazas de muerte que recibió a través de llamadas y mensajes, por lo que solicitó a las autoridades garantizar su seguridad y la de los demás candidatos.
El candidato por Morena, Héctor Pineda Santiago, denunció que el 18 de mayo por la mañana en el domicilio particular de la profesora Cándida Santiago Jiménez, su madre, una mujer los amenazó de muerte, por lo que convocó a todos los actores políticos para que firmen un pacto de civilidad.
Además los candidatos de Movimiento Ciudadano, Florentino López, y de Redes Sociales Progresistas, José Antonio Marín, denunciaron asaltos y robos. El primero reportó un asalto a mano armada a su equipo y el segundo un robo a su casa de campaña.