El presidente Joe Biden y el ex mandatario Donald Trump encabezarán mítines en Nueva York y Florida, respectivamente, en un intento de animar a sus simpatizantes, dos días antes de unas reñidas elecciones de mitad de mandato en las que los republicanos están presionando para controlar ambas cámaras del Congreso.
Biden aparecerá en el condado de Westchester, normalmente un territorio demócrata, donde los republicanos amenazan con ganar terreno, gracias en parte a los mensajes implacables que pintan a sus oponentes como blandos ante el crimen y la inflación.
La gobernadora demócrata de Nueva York, Kathy Hochul, enfrenta una contienda inesperadamente dura ante el republicano Lee Zeldin, mientras que los titulares demócratas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos están inmersos en apretadas batallas en todo el estado.
Trump, por su parte, aparecerá en Miami junto a los dos senadores y varios representantes del estado. Durante años, Florida osciló de un partido a otro, pero recientemente ha tendido a los republicanos y no se considera un campo de batalla importante en elecciones.
Los frecuentes mítines de Trump han servido para mantener su propio perfil mientras contempla lanzar una tercera candidatura a la Casa Blanca después de las elecciones de mitad de mandato, según sus asesores.
Florida, en particular, podría servir como un importante campo de batalla en cualquier contienda de nominación, ya que su gobernador republicano, Ron DeSantis, es visto por los estrategas como un formidable contendiente para la nominación republicana, en caso de que entre al ruedo.
Eso ha convertido a DeSantis en un objetivo cada vez más frecuente de Trump, que se refirió al gobernador como «Ron DeSanctimonious» en un evento del sábado por la noche.
Las estrategias previo a las elecciones de EU
Las principales figuras demócratas y republicanas han hecho una gran campaña en las últimas semanas. Tanto Trump como Biden aparecieron en Pensilvania el sábado, al igual que el expresidente demócrata Barack Obama.
La primera dama, Jill Biden, asistirá el domingo a los actos de captación de votos para la jueza del condado de Harris, Lina Hidalgo, en Texas, mientras que la vicepresidenta Kamala Harris estará en Chicago, cuyos suburbios albergan un par de competitivas elecciones a la Cámara de Representantes.
Para los demócratas, los mítines del domingo -celebrados en zonas tradicionalmente afines al partido- son una oportunidad de última hora para minimizar las pérdidas del martes.
Los estrategas demócratas reconocen que, en las últimas semanas, el impulso se ha desplazado hacia los republicanos, ya que la preocupación de los votantes por la inflación y la delincuencia ha demostrado ser más relevante que temas como el aborto.
La ventaja inicial de los demócratas en varias elecciones al Senado, incluidas las de Pensilvania, Georgia y Nevada, se ha reducido o evaporado por completo en las últimas semanas.
Los principales demócratas han hecho hincapié en su trabajo para reducir los precios de los medicamentos con receta y han presentado a sus oponentes como una amenaza para la Seguridad Social en los últimos mítines, mientras que los republicanos han cuestionado la firmeza del apoyo de sus oponentes a la aplicación de la ley y han criticado su gestión de la frontera entre Estados Unidos y México.
Los pronósticos electorales no partidistas y las encuestas muestran que los republicanos son los grandes favoritos para hacerse con el control de la Cámara de Representantes, y que el Senado es una apuesta arriesgada. El control de una de esas cámaras daría a los republicanos el poder de bloquear la agenda legislativa de Biden y lanzar investigaciones potencialmente perjudiciales.
También juega en contra de los demócratas la impopularidad de Biden. Sólo el 40 por ciento de los estadunidenses aprueban el trabajo del presidente, según una encuesta de Reuters/Ipsos realizada el martes, lo que ha llevado al mandatario a no hacer campaña en algunos estados indecisos.