Entre los aplausos de familiares, amigos y otros colegas Carmen Parra recibió la Presea Cervantina. La pintora, activista social, impulsora de centros culturales y artesana preparó con antelación un discurso, pero la actriz Ofelia Medina fue quien le dio voz a sus palabras.
“Aquí está mi voz, muchas gracias por estar aquí y acompañarnos. Estoy muy emocionada, voy a llorar, así es que prefiero no”, dijo la premiada. Fue entonces que la actriz Ofelia Medina tomó lo escrito: “gracias, Carmen, por darme este privilegio de ser tu voz en esta hermosa mañana”.
Las palabras de Parra dieron comienzo. “Este premio es un fuego de artificio, una bomba de tiempo que explota en mi vida, porque Cervantes está vivo y nunca recibió un premio. Su obra ha traspasado todas las épocas, las fronteras, los mares, los océanos, los ríos: es la esencia del arte y del genio. Estoy en el Teatro Juárez para agradecer”.
En ese acto de gratitud estuvieron presentes el pueblo de Guanajuato, el festival, amigos y familiares de la premiada. “El mundo de imágenes del que me nutro como artista está en Guanajuato, especialmente en la Valenciana. La Valenciana era como un cuento de Rulfo, solo había muertos y piedras. Guanajuato es ahora Patrimonio de la Humanidad; a través de mi vida vi su transformación, como el ave fénix que renace de sus cenizas”.
La entrega de la presea tiene el propósito de reconocer la trayectoria de personalidades relevantes de la cultura, nacidas o arraigadas en nuestro país, pertenecientes a distintas disciplinas artísticas. El primer reconocimiento fue para Isidro Guerrero, Don Chilo, considerado el guardián del Teatro Juárez.
Fiel al Quijote
En esta segunda presea otorgada en la edición 50 del Festival Internacional Cervantino (FIC), fue inevitable evocar al arquitecto Manuel Parra, padre de la galardonada. “Quiero recordar a los arquitectos restauradores del estado de Guanajuato: el doctor Luis Ortiz Macedo, el arquitecto Jaime Ortiz… y a mi papá, el arquitecto Manuel Parra”.
Durante la ceremonia de premiación se contó con la presencia de Mariana Aymerich, directora del FIC; de Lucina Jiménez, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), así como representantes del gobierno del estado y de la Universidad de Guanajuato.
“Nacida en la capital de nuestro país, esta artista multidisciplinaria ha expandido sus horizontes de una manera admirable, que con su trayectoria nos demuestra que la inspiración puede encontrarse en cualquier parte y que también es posible volar hacia otros lados”, expresó Aymerich.
Finalmente, después de recibir la presea y un documento, lo escrito por Carmen Parra cerró la ceremonia, donde los aplausos fueron largos.
“Nunca me ha abandonado el Quijote, está siempre a mi lado porque la vida del Quijote es la aventura humana, del espejo donde nos podemos reconocer: la historia de un loco fantástico y absurdo, desmedido del corazón. Somos herederos de esa gran novela y seguiremos luchando contra los molinos de viento de esta época de cambios inconmensurables. No puede impedirse el viento, pero hay que aprender a hacer molinos… Cervantes está con nosotros, seguimos cabalgando”, concluyó el agradecimiento.
Carmen Parra es reconocida por su dedicación y activismo en favor al patrimonio cultural, su defensa de los centros históricos, la conservación de la mariposa monarca y del águila real. Sin embargo, también está su faceta como escenógrafa, en 1983 diseñó la escenografía de la obra Don Giovani, dirigida por Jesús Rodríguez, la cual tuvo una exitosa gira por Europa.