Entre sones, bailes, algarabía y el tradicional atole “agrio”, la comunidad mazateca, conformada por personas que han migrado del estado de Oaxaca a la capital del país, se dieron cita ayer en el quinto encuentro de Chajma Chaxo’ó (huehuentones) para dar la bienvenida a las festividades del S’ui K’ien, en honor a los difuntos.
El evento se suspendió en los dos últimos años debido a la pandemia de Covid-19; no obstante, ahora la comunidad “Xonga Kixi Tejao” logró realizarlo en la delegación Xochimilco, a donde acudieron alrededor de mil mazatecos desde diferentes puntos de la capital y el Estado de México. Todo fue financiado por los mismos oaxaqueños, en un sentido ampliamente comunitario.
El evento se realiza a fin de preservar las tradiciones y la lengua de este pueblo indígena, haciendo frente a la migración que en muchos casos se da por razones económicas. Justamente, debido a razones laborales, los mazatecos que residen en la capital del país se ven obligados a pasar fuera de sus comunidades de origen las fiestas de Día de Muertos.
Uno de ellos es Fortunato Juárez, mazateco quien desde hace 18 años trabaja en la capital del país y quien comentó a EL UNIVERSAL que “es muy bonito tener presentes las tradiciones de nuestro pueblo”.
Al encuentro acudieron, desde la región Cañada de Oaxaca, siete grupos de músicos que son compositores íntegros de sus sones tradicionales, entre ellos el grupo Grupo Cuauhtémoc pionero en la grabación y difusión de la música en lengua materna.
El evento contó con la presencia de Laura Ruiz, secretaria de Pueblos, Barrios y Comunidades Indígenas de la Ciudad de México, quien destacó que el pueblo mazateco es uno de los más numerosos en la capital del país y resaltó la importancia de las comunidades asentadas aquí desde hace décadas.
Agregó que en la CDMX se hablan 55 de las 68 lenguas indígenas nacionales, lo que la convierte en «la ciudad más diversa, no sólo de México sino del continente».
Para los mazatecos, los Chaxo’ó son los “hombres que brotan del ombligo de la tierra”, es decir, las ánimas de las personas fallecidas que, desde el 27 de octubre y hasta el 2 de noviembre, tienen el permiso de la madre tierra para volver con los suyos.
El S’ui K’ien es la fiesta más importante del pueblo mazateco y los huehuentones son sus protagonistas, pues a través de ellos se cree que las ánimas de los difuntos regresan a la tierra para traer mensajes de paz, tras haber experimentado la vida y también la muerte.
Uno de los organizadores del evento, Gonzalo Pineda, destacó la importancia de “no perder las tradiciones de nuestros abuelos y seguirlas compartiendo a las nuevas generaciones”.