Los panteones de Oaxaca volvieron a abrir sus puertas luego de dos años donde las celebraciones colectivas estuvieron suspendidas a causa de la pandemia de Covid–19 y en esta reapertura recibieron a cientos de familias que acudieron a reencontrarse con sus seres queridos, para recordarlos y honrar su memoria, lo mismo con música que con bebidas alcohólicas, danzas y comida.
En los Valles Centrales de Oaxaca, desde el día 31 de octubre se realizaron las tradicionales veladas en cementerios como los de Santa Cruz Xoxocotlán y Santa María Atzompa. Municipios conurbados de la ciudad de Oaxaca.
En Xoxo, luego de varios años donde no se permitió las veladas, las familias y los turistas se dieron cita en los panteones Mictlancíhualt y de la capilla de San Sebastián, donde iluminaron las tumbas de sus seres queridos y los decoraron con flores para pasar con ellos toda la noche, hasta el 1 de noviembre.
En Santa María Atzompa, comunidad zapoteca, la velada se realizó con solemnidad, y durante toda la noche las familias se congregaron al rededor de los sepulcros de sus seres queridos, en una celebración ritual que se ha hecho famosa en todo el mundo.
Siguen festejos el 2 de noviembre
Este 2 de noviembre, los panteones también recibieron a cientos de visitantes quienes acudieron dejar flores y otros presentes a sus familiares. En el cementerio de San Andrés Huayápam, por ejemplo, las personas llevaron grupos musicales, bandas de viento y bebidas alcohólicas para convivir con sus difuntos.
“La creencia de mi familias es que el 2 de noviembre despedimos a nuestros difuntos adultos, que dejan nuestra casa con dirección al panteón, por lo tanto los recibimos con música. También celebramos el cumpleaños de mi abuelo, él era una persona alegre, decía que quería que lo recibiéramos con música”, señaló en entrevista con EL UNIVERSAL Ángel Soriano.
En medio de la música, el joven señaló que aunque en muchas comunidades estos días son de guardar, en muchas localidades de Oaxaca se celebran con un ánimo festivo.
“Son días en que nosotros los recordamos, algunas personas piensan que son días tristes, pero nosotros pensamos que es una fiesta para ellos, una fecha en la que convivimos con ellos aunque sea una vez al año. Los recordamos con mucho amor”, agregó.
Mientras que otras regiones del estado como la Sierra Norte y la Costa, el Día de Muertos se celebra de formas distintas. En comunidades ayuujk como San Pedro y San Pablo Ayutla, se realiza una celebración colectiva en el panteón, acompañada con solemnes notas de bandas de viento, en contraste con la celebración íntima y familiar que se realiza el dñta 1, cuando las ánimas visitan los domicilios.
A su vez, en pueblos afrodescendeintes como Collantes, en Pinotepa Nacional, uno de los llamados pueblos negros de la Costa, este 2 de noviembre se despide a los fieles difuntos con la danza de Los Diablos, la cual visita los cementerios para acompañar a las almas en su viaje de regreso, además de acudir bailando a los distintos domicilios de antiguos danzantes, para honrar su memoria.