El Sistema Educativo Nacional enfrenta el hecho de que 27.2 por ciento de las escuelas primarias y secundarias no tienen acceso al agua potable y el 32.4 por ciento carecían de servicios básicos para el lavado de manos ante el regreso a clases presenciales, de acuerdo con la evaluación del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
José Nabor Cruz, secretario Ejecutivo del Coneval explicó que, junto con la Secretaría de Educación Pública, llevaron a cabo dicha evaluación donde se destaca que las carencias afectan más a las escuelas en localidades de muy alto grado de rezago social.
Por ello, se implementaron acciones para el regreso a clases dirigidas a prevenir el contagio del virus SARS-CoV-2 en las escuelas, como es procurar la sana distancia, establecer filtros sanitarios en el acceso a los planteles, el uso de cubrebocas, hacer diagnósticos sobre la infraestructura educativa para saber si los planteles cuentan con agua potable, así como recomendaciones para la limpieza y desinfección de las escuelas.
“Se recomienda considerar un mecanismo de vigilancia del riesgo epidemiológico homogéneo para las entidades federativas que se construya considerando la información sobre el riesgo de contagio en las comunidades educativas y que permita la adecuada planeación en el corto y mediano plazos de la reapertura de las escuelas”, detalló. Entre los factores que pueden incidir en el abandono o rezago, están los relacionadas con la inseguridad, la violencia intrafamiliar, el embarazo adolescente y el trabajo infantil, por lo que también es importante diseñar estrategias para su atención.
En la presentación, también se dio a conocer la evaluación sobre la estrategia Aprende en Casa, implementada desde marzo de 2020 a partir de la pandemia de covid-19, y se detectó que en el ciclo escolar 2019-2020 hubo una tasa de abandono de 0.7 por ciento a nivel primaria y 4.2 por ciento a nivel secundaria.
En primarias comunitarias e indígenas se observó una tasa de abandono de cinco y 1.1 por ciento en el ciclo 2017-2018, respectivamente, mientras en secundarias técnicas este porcentaje ascendió a 5.4 por ciento para el mismo ciclo. Los efectos de la pandemia “están agudizando los factores asociados al abandono y desafiliación educativa, por lo que existe la posibilidad de observar un incremento de esta problemática en los niveles de primaria y secundaria, principalmente en las poblaciones más vulnerables”, señaló.
Con la pandemia se espera un incremento de problemas socioemocionales en los alumnos, cuidadores y docentes, como la incidencia de ansiedad, depresión o estrés. “Esto puede traducirse en un aumento de la violencia doméstica, que tiene graves alteraciones en la salud y aprendizaje de los educandos.
Asimismo, la suspensión de los mecanismos de cuidado de la salud socioemocional que tenían lugar en la educación presencial representa un reto para atender estas afectaciones en el actual contexto”, sostuvo.
El problema del rezago en los aprendizajes se acentúa en los niños y adolescentes provenientes de familias de mayor marginación y poblaciones vulnerables. “Uno de los principales efectos de la pandemia en la educación es un aumento en el rezago de los aprendizajes, especialmente entre las poblaciones de niños y adolescentes y con implicaciones directas en las trayectorias y en los aprendizajes adquiridos” subrayó.
Por ello se sugirió implementar campañas de información a los padres, madres y tutores sobre la importancia de la educación de los niños y adolescentes, continuar con la entrega de los apoyos que inciden en el ingreso de los hogares, como becas, apoyos alimentarios o comedores, priorizando a los hogares en mayor situación de vulnerabilidad. P
También es necesario buscar que todos cuenten con las herramientas necesarias para continuar con su proceso de aprendizaje a distancia (electricidad, señal televisiva y radiofónica, dispositivos electrónicos como computadoras, tabletas o celular inteligente, conexión a internet, libros de texto y materiales de apoyo pedagógico). “Llevar aulas digitales en áreas rurales del país para brindar acceso a recursos educativos digitales a niños y adolescentes vulnerables.
Entregar dispositivos electrónicos como tabletas y computadoras portátiles para el uso de docentes y estudiantes”, enlistó. En este sentido, también sugirió generar alianzas con empresas de telefonía privada con el fin de ofrecer acceso gratuito a internet y plataformas educativas a estudiantes.
Una recomendación para lograr la sana distancia es utilizar espacios adicionales a las aulas como patios, bibliotecas, o centros comunitarios y culturales, e incluso, hacer uso de otros espacios como universidades o espacios públicos.
Se debe monitorear “la efectividad y uso de las capacitaciones y materiales brindados por la estrategia Aprende en Casa y en el marco de la estrategia del gobierno federal para el regreso a clases, principalmente las dirigidas a la educación a distancia, el uso de tecnologías y para la atención a la salud socioemocional”.
Las evaluación aporta información para valorar la importancia de Aprende en Casa en la coyuntura del regreso a clases presenciales, pues identifica que, además de servir como estrategia emergente por covid-19, puede fortalecerse y mantenerse como una acción para la atención a situaciones de emergencia, que impidan nuevamente brindar el servicio educativo de manera presencial, o como un conjunto de recursos para complementar el modelo educativo nacional, dijo.
“La política educativa en el contexto de regreso a clases, considerando una atención estructural que contribuya a mitigar las afectaciones inmediatas de la pandemia, pero también acciones destinadas a resarcir los efectos de largo y mediano plazo en el ejercicio del derecho a la educación”, concluyó