Los legisladores estadounidenses avanzaron el jueves hacia la prohibición de ondear la bandera del orgullo en las representaciones diplomáticas del país, una victoria para los conservadores en el marco de una larga batalla cultural que se libra en el extranjero.
La medida forma parte de una serie de aspectos secundarios escondidos en un paquete de 1.2 billones de dólares elaborado por los legisladores a primera hora del jueves.
Se espera que tanto la Cámara de Representantes, liderada por los republicanos, como el Senado, liderado por los demócratas, aprueben el plan para mantener al gobierno en funcionamiento antes de la fecha límite del viernes a la medianoche, cuando tres cuartas partes del gobierno se quedarán sin fondos.
El paquete dispone que no se puede utilizar ningún financiamiento para «ondear o exhibir en una instalación del Departamento de Estado de Estados Unidos» ninguna otra bandera que la nacional o relacionada con el apoyo a prisioneros de guerra, soldados desaparecidos en acción, rehenes y estadounidenses encarcelados injustamente.
Se espera que el presidente Joe Biden firme el proyecto de ley de financiación de 1 mil 012 páginas a pesar de que su administración ha abrazado los derechos LGBTQ y probablemente tendría reservas sobre este asunto.
En un cambio radical con respecto a su predecesor, el secretario de Estado, Antony Blinken, no solo permitió sino que alentó a las misiones estadounidenses a enarbolar en junio, Mes del Orgullo, la bandera del arcoíris, que celebra el movimiento por la igualdad LGBTQ.
Bajo la gestión del expresidente Donald Trump, el predecesor de Blinken, Mike Pompeo, un cristiano evangélico, ordenó que solo la bandera de Estados Unidos ondeara en los mástiles de las embajadas.
En 2016, la embajada en Seúl intentó eludir la directiva colocando una pancarta con el arcoíris en su fachada, no en el poste, una opción que parece seguir estando permitida en el nuevo paquete de financiación.
Pero la embajada retiró esa pancarta, al igual que otra de Black Lives Matter colocada después del asesinato del afroamericano George Floyd por un oficial de policía en la ciudad de Minneapolis.
Bajo la administración del expresidente Barack Obama, en 2015, la Casa Blanca fue iluminada con los colores del arcoíris para celebrar la histórica decisión de la Corte Suprema que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país.