Para Alisa, su madre, fue desesperante esperar 18 días a que el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses le entregara el cuerpo de su hijo, pues el pasado 6 de junio se confirmó la identidad de Carlos pero fue hasta la noche del sábado que SEMEFO entregó los restos del joven.
«A mi como madre fue desesperante la espera, agonizante, sin dormir, sin comer, el saber que está ahí, el que yo salga y dejarlo ahí para mi eso era muy doloroso, yo diario le decía, hijo ya voy a venir por ti, ya voy a venir por ti», aseguró.
Alisa dice tener el alma hecha añicos, por un lado se siente más tranquila de que Carlos descansará como Dios manda, pero por el otro está triste porque el gobierno del estado ha revictimizado a los ocho jóvenes y aún no hay ninguna persona detenida por la privación de la libertad y asesinato de su hijo y las otras siete víctimas.
«Qué van a hacer con las personas que les hicieron eso porque ustedes se les hizo muy fácil etiquetarlos como delincuentes de una célula de fraudes y eso, cuando no es así, son chavos de familia con carreras, bilingües, algo hay detrás de eso, hay unas cabezas», aseguro.
Una de las cosas más difíciles para Alisa desde el 20 de mayo, día en que desapareció Carlos, es haber vivido en carne propia la insensibilidad de la Fiscalía del Estado hacia los familiares de las víctimas, pues a lo largo del proceso no eran informadas de los avances antes de publicarlos y sin previa preparación psicológica les mostraban imágenes de cuerpos segmentados.
«No tienen nada de empatía, son así como muy duros fueron con nosotros», dijo.
Pero para ésta madre, la Fiscalía del Estado no es la única que debería mejorar sus procesos, Alisa aseguró que la entrega del cuerpo fue poco ágil.
«SEMEFO necesita mucho apoyo del gobierno para que pueda funcionar más rápido, en mi experiencia les falta equipo para ellos mismos agilizar su trabajo, la salida de los familiares», señaló.
Ahora solo queda el recuerdo del joven de 31 años, quien es descrito por su madre como un amor de hijo y amigo.
«Su amor, sus abrazos porque era muy apapachador, su sonrisa porque siempre era muy alegre y muy divertido»
Carlos fue velado la noche del sábado y la tarde de éste domingo será enterrado en el Parque Funeral Colonias.