Gustave Eiffel es uno los arquitectos más reconocidos de todos los tiempos gracias a su proyecto estrella, la torre que lleva su nombre en el corazón de París. La estructura metálica de 300 metros de altura, se inauguró el 31 de marzo de 1889 para la Exposición Universal de aquel año. Lo que pocos saben es que el popular ingeniero nacido en Dijon también intervino en el paisaje de nuestro país antes de la construcción de la Torre Eiffel.
Hacia el final siglo XIX Gustave viajó a América Latina para, con su peculiar estilo, similar al del ícono parisino, crear catedrales, estaciones, puentes y kioscos.
La leyenda cuenta que durante su mandato, Porfirio Díaz le encargó al francés la construcción de un puente ferroviario para cruzar el Gran Canal del Desagüe. Todas las piezas se fabricaron en Bélgica y se trasladaron a México en barco.
La estructura cumplió con su función por más de 80 años, pero durante el siglo XX, las vías del tren cayeron en desuso y el puente pasó a ser parte de la autopista México-Pachuca. Por su tamaño, rápidamente fue sustituido por la vialidad actual y el Puente de Fierro quedó abandonado por más de tres décadas.
En el año 2000 se convirtió en la primera galería de arte en el municipio de Ecatepec y fue “bautizado” como Museo Puente del Arte. El centro cultural exhibió obras de artistas locales, se impartieron clases, cursos y conferencias de múltiples temáticas y disciplinas.
Con los años y tras varios cambios de administración municipal, el museo fue desmantelado y ahora es utilizado por peatones y ciclistas.
Reescribir la historia Nuevas investigaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) determinan que no hay ningún registro o plano de su construcción en el Archivo General de la Nación, con el que se pueda corroborar la autoría del mítico artista francés. Se piensa que las piezas de acero fueron manufacturadas en la Fundidora Monterrey y que la leyenda surgió por el estilo industrial de la estructura.