El gobierno británico declaró este viernes el estado de sequía en buena parte de Inglaterra, lo que implica medidas a nivel local que pueden llegar hasta las restricciones en el consumo de agua, anunció una agencia gubernamental de medio ambiente.
La medida, declarada por primera vez desde 2018, llega en plena ola de calor en Reino Unido, la segunda de este verano en un país poco acostumbrado a las altas temperaturas.
Los científicos aseguran que estas olas de calor van a multiplicarse y prolongarse debido al calentamiento global.
Desde el jueves está en curso una alerta naranja por «calor extremo» en la casi totalidad del sur de Inglaterra y una parte del País de Gales que debería durar hasta este viernes, según la oficina nacional de meteorología, Met Office.
Pero no se prevé que se supere el récord de calor de 40.3 grados del 20 de julio.
Reino Unido vivió su mes de julio más seco jamás registrado en ciertas regiones y el primer semestre más seco jamás registrado desde 1976.
«Pedimos que cada persona gestione la cantidad de agua que utiliza durante este periodo excepcionalmente seco», dijo el director ejecutivo de la Agencia de Medio Ambiente, Harvey Bradshaw.