En los mercados gritaba a todo pulmón ofertando los productos de la familia y a las afueras de la universidad vendía gelatinas, hasta que Eduardo Rivera Pérez llegó a las filas del panismo, donde construyó una carrera política que hoy lo tiene, por tercera ocasión, como candidato a la alcaldía de la ciudad de Puebla.
En el pasado se confrontó con el entonces gobernador Rafael Moreno Valle, pero niega haber llegado acuerdos para destrabar la persecución en su contra; y ahora rechaza una concertacesión con el gobernador morenista Luis Miguel Barbosa Huerta, a quien trata con deferencia.
“Hay una relación de respeto con el gobernador Miguel Barbosa, coincidimos en la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales del Congreso de la Unión en el año 2000. Nos conocemos, tenemos una relación esporádica y tiene años que no hablo con él, no existe ninguna relación política ni pleito tampoco”, ataja.
No habrá cerrazón
El exalcalde de la capital, minimiza que el mandatario haya declarado que podría ser un buen presidente municipal de Puebla, promete buena relación en un futuro e intenta marcar distancia al afirmar que no requiere de la maquinaria del Estado para obtener el triunfo.
“No tendré una actitud de cerrazón, mucho menos de confrontación con autoridades de otros partidos políticos. Ofrezco trabajar de manera coordinada con el gobierno del estado, con el gobernador y el presidente de la República. No tenemos alternativa, nos tiene que ir bien a todos”, agrega.
En sus años mozos, Eduardo Rivera gritaba, a todo pulmón y con el clásico tonito de «pásele señoraaaaa», en el mercado Benito Juárez de Toluca tratando de vender toallas, batas de cocina, sudaderas, bolsas.
“Mi madre apoyó mucho a papá, trabajó en la vía pública, en las jardineras vendía toallas, después se amplió y vendíamos en el mercado Benito Juárez, en Toluca todo tipo de ropa», rememora.
Después emprendieron un taller de fabricación y venta de batas de cocina, con bordado en las bolsitas y una tienda donde ofrecen toda materia prima. A la fecha siguen con esos negocios.
Ya fue alcalde, buscó una segunda ocasión la presidencia municipal que perdió ante la morenista Claudia Rivera y ahora va por la revancha en una alianza opositora que considera inédita entre el PAN, PRI, PRD, Compromiso por Puebla y Pacto Social de Integración.
Se siente cómodo con la alianza, con pies y manos libres, sin grilletes y con toda la libertad de decisión para integrar a su gobierno y afirma haber dejado atrás los días de persecución política de Moreno Valle.
Aunque no olvida que fueron años difíciles y complicados, pues le embargaron su casa, le multaron con varios millones de pesos, además de inhabilitarlo para ejercer cualquier cargo público, dice que logró sortearlo por la vía legal, sin acuerdos con el entonces gobernador.
“Me imputaban 16 delitos, llevé mi defensa hasta la justicia federal, y el juez con sólo leer la primera imputación me otorgó la razón y todas las acusaciones se vinieron abajo. Fue una persecución política”, narra.
Confía en la estructura partidaria y prefiere dejar en el pasado la poderosa maquinaria electoral del extinto Moreno Valle.
Candidatura a alcaldía no es antesala para buscar la gubernatura
A sus 17 años salió del Estado de México y llegó a Puebla a vender gelatinas para costear sus estudios en Ciencias Políticas en la Universidad Popular Autónoma de Puebla.
«Gracias al gen de comerciante de mi familia, con un carrito tamalero y unas vitrinas, me puse a vender flanes y gelatinas frente a la universidad”, narra.
Alcanzó a tener 18 clientes en una etapa muy difícil, donde vivía en una vecindad, en un cuarto pequeño sin mueble.
A los dos años y medio de estudios universitarios, ingresó a trabajar al Partido Acción Nacional, empezó ganando 50 pesos, escaló hasta la dirigencia estatal, después la diputación federal, diputado local y alcaldía (2011-2014), ahora por tercera ocasión busca nuevamente poder gobernar el municipio poblano.
«Le dejé el negocio de las gelatinas a un socio y me dediqué de lleno a la política… pero estoy seguro que si me hubiera quedado con el negocio, hoy sería el rey de las gelatinas en Puebla”, comenta sonriendo.
El panista Rivera Pérez Niega que su candidatura sea la antesala de pensar en la próxima gubernatura, eso no le distrae, asegura. “Solo quiero hacer un buen gobierno municipal y ya vendrán otros tiempos”, dice.