El papa Francisco autorizó el gasto de hasta 1 millón de euros para liberar a una monja colombiana secuestrada por militantes vinculados a Al-Qaeda en Mali, según declaró un cardenal el jueves, revelando la aprobación papal previamente secreta para contratar a una empresa de seguridad británica para encontrar a la monja y asegurar su libertad.
El testimonio del cardenal Angelo Becciu podría tener serias implicaciones para la seguridad del Vaticano y de la Iglesia católica, ya que proporcionó pruebas de que el Papa estaba aparentemente dispuesto a pagar un rescate a los militantes islámicos para liberar a la monja, que finalmente fue liberada el año pasado.
El pago de rescates rara vez se confirma, precisamente para disuadir de futuros secuestros, y no se sabe cuánto dinero del Vaticano, si es que hay alguno, acabó realmente en manos de los militantes.
Becciu, que en su día fue uno de los principales asesores de Francisco como número 2 de la secretaría de Estado del Vaticano, había ocultado su testimonio al tribunal vaticano durante casi dos años como cuestión de secreto de Estado y pontificio. Pero habló libremente el jueves en su propia defensa después de que Francisco lo liberara del requisito de confidencialidad, proporcionando el testimonio más esperado del juicio de un año hasta la fecha.