La ciudad de Cartagena, Colombia, amaneció con fragmento de sus murallas de piedra, de más de cuatro siglos de historia, pintado de blanco.
La polémica obra se lleva a cabo en el fuerte de San Sebastián del Pastelillo, en el barrio Manga, uno de los escenarios amurallados más visitados por turistas y locales debido a la hermosa vista que permite sobre la Bahía de Cartagena.
En este lugar también opera el pomposo Club de Pesca de la ciudad.
Alfonso Cabrera, director de la división de Patrimonio, del Instituto de Patrimonio y Cultura de la Ciudad, IPCC, le dijo al diario EL TIEMPO que la obra es investigada por las autoridades.
Cartagena de Indias fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco a mediados de la década de los 80, en gran medida por su cinturón en roca, el cual fue la principal fortaleza de los cartageneros para evitar la toma de la ciudad por piratas y corsarios.
«Deberían habernos pedido permiso», le dijo a este medio Alberto Escovar, director de la división de patrimonio del Ministerio de Cultura, responsable de la murallas y fortificaciones de la ciudad.
«Todo el cordón amurallado es considerado bien de interés nacional y cualquier intervención que se haga debe contar con el permiso del Ministerio de Cultura, las obras deben suspenderse inmediatamente”, señala Escovar.
El fuerte de San Sebastián del Pastelillo es uno de los pocos fragmentos de muralla que hoy no están bajo el comodato que administran la Escuela Taller Cartagena de Indias y el Ministerio de Cultura. No obstante, el Club de Pesca, que administra este bien patrimonial desde mediados del siglo pasado, no puede realizar ningún tipo de intervenciones sobre el lienzo de piedra, sostiene el Ministerio de Cultura, a través de la división de patrimonio.
La Inspección de Policía del Centro Histórico sello y suspendió la obra que no contaba con ningún tipo de permiso, ni concepto previo para desarrollar cualquier modificación a las murallas.
Mediante la resolución del 20 de enero de 1944, la Sociedad de mejoras públicas había delegado en el Club de pesca de Cartagena la misión de custodiar y conservar el Fuerte del Pastelillo.
Dentro del fuerte opera el club, un restaurante y es centro de atracción para el turismo.
“El club de pesca, por ningún motivo, podrá efectuar reformas arquitectónicas que puedan variar el estilo original de la fortaleza y, en caso de obras que tiendan a proporcionar comodidades internas deberá siempre consultar. Las visitas al fuerte del Pastelillo serán libres y el Club de Pesca procurará que eso se cumpla con toda facilidad”, recuerda el Ministerio de Cultura.
Socios del Club de Pesca le señalaron a EL TIEMPO que el cordón amurallado en el Fuerte de San Sebastián de Pastelillo tenía una autorización para ser intervenido que data de hace varios años, debido al salitre y hongo que venía carcomiendo el lienzo de piedra centenario.
después de la polémica administrador del Club de Pesca, aseguró que se trató de un «error» por parte de los contratistas.
Aseguraron que inicialmente aplicaron una pintura durante 12 horas y luego venía una segunda capa con cal para luego aplicar una tercera capa con pintura amarilla.ç
“Nosotros tenemos un plan de mantenimiento del Club de Pesca y en su momento cuando se hizo la restauración quedó inmerso un plan de mantenimiento, por consiguiente no gestionamos permisos ya que nuestro interés era mejorar el entorno. Compramos los materiales y enviamos al contratista el informe técnico del arquitecto Alberto Samudio”, aseguró la gerente del club, Ileana Stevenson, a un medio local. Y agregó que fue un «error».
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