En ciudades de los Andes y la zona selvática cerca del Amazonas se reportaron movilizaciones en reclamo de una salida a la crisis política, desatada tras el fallido autogolpe del ex presidente Pedro Castillo y la llegada al poder de Boluarte, su vicepresidenta, en diciembre.
En Juliaca ocurrieron las demostraciones más nutridas y sentidas. Los manifestantes exigieron justicia para los fallecidos el 9 de enero, cuando una turba de unas dos mil personas intentó tomar por asalto el aeropuerto Inca Manco Cápac, ubicado a mil 300 kilómetros al sur de Lima, en la región Puno.
La marcha se dirigió hacia el aeropuerto, donde se concentraron los manifestantes para continuar su reclamo. Allí un contingente policial custodiaba el aeródromo, atrincherado en un improvisado puesto de defensa, hecho con sacos de arena, planchas de metal y tablones de madera.
Por la tarde, los manifestantes intentaban ingresar nuevamente a la terminal aérea, generando la respuesta de la policía antidisturbios que disparaba andanadas de gases lacrimógenos, según mostraban imágenes de medios locales.
«La sangre derramada jamás será olvidada»
Horas antes, cientos de personas, incluyendo familiares y allegados de las víctimas mortales, recorrieron varias calles en una movilización que concentró llanto de dolor, consignas antigubernamentales y cantos de protesta, orquestados con instrumentos musicales como trompetas y tambores.
«La sangre derramada jamás será olvidada» o «¿cuántos muertos quieres para que renuncies?» fueron algunos de los mensajes dirigidos a la presidenta Boluarte, mientras madres y familiares empuñaban fotos e imágenes de los fallecidos por la violencia en las protestas.
«Pasaron dos policías y me dispararon a quemarropa (…) Tengo más de 70 perdigones en todo el cuerpo, (los médicos) sólo pudieron extraer ocho en la primera cirugía que me hicieron. Tengo el resto en el cuerpo», aseguró Diego Quispe, de 34 años de edad y trabajador independiente.
«Que todo el mundo se entere que un día como hoy 9 de enero han caído nuestros hermanos en este lugar» manifestó a AFP una mujer llamada Edit, que no quiso identificarse con su nombre completo y dijo ser familiar de una víctima.
Lima y otras ciudades
En la ciudad blanca de Arequipa, la segunda más importante del país a 765 kilómetros al sur de Lima, hubo movilizaciones por el centro histórico hasta la Plaza de Armas de centenares de personas de sindicatos y organizaciones sociales, según reportes de la prensa local.
También hubo manifestaciones en Ayacucho, Pucallpa y Puno, donde exigieron la dimisión de Boluarte y justicia para las víctimas de las protestas.
En Lima, en la céntrica plaza Dos de Mayo, se llamó a una concentración para protestar en la tarde de este jueves, con un centenar de asistentes hasta el momento.
Tras dos meses de convulsión social y protestas en Perú, se han reportado 47 civiles muertos en enfrentamientos en las manifestaciones, y un policía fallecido en el contexto del conflicto, según la Defensoría del Pueblo.
Además, 62 carreteras nacionales permanecen bloqueadas por manifestantes.