España, el segundo destino turístico mundial antes de la pandemia, autorizará la entrada a partir del 7 de junio a todas las personas vacunadas contra el coronavirus, mientras América Latina se apresta a alcanzar la barrera simbólica de un millón de muertos.
«Desde el 7 de junio todas las personas vacunadas y sus familias son también bienvenidas a nuestro país, España, con independencia de su lugar de origen», dijo el viernes el presidente del gobierno, Pedro Sánchez
Desde el lunes 24 de mayo, España permitirá también a los británicos, primer contingente turístico en tiempos normales, venir «sin restricciones y sin requisitos sanitarios», añadió Sánchez en el salón turístico internacional Fitur.
España, que en 2019 fue el segundo destino turístico mundial, espera atraer en 2021 a unos 45 millones de turistas extranjeros, la mitad que antes de la pandemia.
Su regreso a las playas españolas es importante para el país, que antes de la pandemia tenía en el turismo el 14% de su PIB.
A nivel global el coronavirus ya dejó más de 3,4 millones de muertos en el mundo, según el último balance de la AFP el viernes.
Y la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo este viernes que la sobremortalidad causada por la pandemia es hasta tres veces mayor a los decesos atribuidos al Covid-19 desde que se detectaron los primeros casos en China, a finales de 2019.
El Covid-19 provocó el año pasado al menos, tres millones de muertes directas o indirectas. Sin embargo, el balance oficial de decesos atribuidos al virus en 2020 gira en torno a 1,8 millones, dijo la OMS.
«Esto se corresponde con unas estimaciones similares, que preveían que el número total de decesos fuera al menos entre 2 y 3 veces mayor» que el balance oficial de muertos de covid-19, indicó Samira Asma, subdirectora general encargada de datos en la OMS.
En América Latina, donde hay más de 31.4 millones de casos, se superará previsiblemente en las próximas horas la cifra simbólica de un millón de muertos.
El virus apareció en la región el 26 de febrero de 2020 en la ciudad brasileña de Sao Paulo.
Casi el 90% de las muertes registradas se distribuyen entre cinco países que representan el 70% de su población: Brasil, México, Colombia, Argentina y Perú.
Brasil, con casi 445 mil muertos, sigue luchando contra el virus, en momentos en que el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro es investigado por su manejo de la crisis sanitaria.
«¿Cuántas vidas hubieran podido salvarse?», se pregunta el senador Randolfe Rodrigues, vicepresidente de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), que se puso en marcha hace tres semanas y monopoliza durante horas los medios.
México, el segundo país más afectado del continente, con más de 221 mil fallecidos, ha experimentado un descenso en los últimos días. Señal de esa mejora, las aulas volverán a abrir en Ciudad de México a partir del 7 de junio.
En Europa, Alemania relajó sus restricciones y ya se puede tomar una cerveza, ir a la piscina o ver una película en el cine. También lo hizo Noruega, donde los bares podrán vender alcohol hasta medianoche .
Una situación que contrasta con la de India, donde a la ola de coronavirus –más de 291 mil 300 muertos en total– se suma ahora otra epidemia de mucormicosis.
Se trata una rara infección fúngica, conocida como «hongo negro» que se está proliferando a un ritmo alarmante especialmente entre los convalecientes de Covid-19.
En África, un estudio publicado por la revista médica The Lancet reveló –pese a la dificultad de recopilar datos exhaustivos– que los pacientes graves de Covid-19 mueren más en ese continente que en otros, probablemente debido a la falta de instalaciones de cuidados críticos.
En el frente de la vacunación, la Unión Europea (UE) anunció el viernes que proporcionará 100 millones de dosis a los países más pobres del mundo.
Y los laboratorios Pfizer, Moderna y Johnson&Johnson prometieron 3 mil 500 millones de dosis a estos países entre 2021 y 2022, durante una reunión del G20.
Por su parte el gobierno de Japón, donde ahora ya son diez los departamentos en régimen de emergencia sanitaria, aprobó el viernes las vacunas de Moderna y AstraZeneca, aunque con reservas sobre esta última.