La disminución en la producción de gas natural en el país, aparejada al aumento del consumo interno por la creciente generación de energía a gas, la boyante industria, falta de infraestructura para almacenar en territorio nacional y los precios favorables del hidrocarburo en Estados Unidos fueron la combinación que llevó a México a incrementar rápidamente su dependencia de las importaciones provenientes del país vecino a través de gasoductos y en su forma líquida a través de buques.
Aunque la administración de López Obrador ha enfocado recursos y discursos en pro de la seguridad energética con proyectos como la construcción de la refinería Dos Bocas, especialistas del sector coinciden en que se está pasando por alto la gran dependencia que tiene el país en materia de gas natural y los esfuerzos se están enfocando únicamente en gasolinas.
S&P Global Platts Analytics clasifica a México como uno de los pocos países que depende en su mayoría de una sola nación para las importaciones de este hidrocarburo; lo que “deja el suministro de energía muy expuesto a la estrategia de exportación de EU”, algo preocupante considerando que las importaciones de gas de México representan cerca de 70 por ciento de la demanda total.
En opinión de la consultora en regulación y análisis económico en Talanza Energy, Daniela Flores, desde la administración pasada se tomó la decisión, de corto plazo, de depender de Estados Unidos por los bajos precios que ofrece en este hidrocarburo. «Se duplicó la red de gasoductos anclados con Comisión Federal de Electricidad (CFE), porque existe una dependencia entre el sistema de gas natural y el eléctrico y en esta administración queda más que claro que se sigue con esa tendencia».
Fracking La administración encabezada por Andrés Manuel López Obrador se ha mostrado abiertamente en contra del fracking, algo que de acuerdo con S&P Global Platts Analytics “deja más de la mitad de las reservas totales de gas natural de México en el suelo”, además suspendió el proyecto de almacenamiento estratégico Jaf, un yacimiento gasífero seco que tenía la capacidad de albergar hasta 10 mil millones de pies cúbicos de este hidrocarburo y que requería una inversión de 240 millones de dólares.
Sin embargo, Flores afirma que aun cuando este proyecto hubiera continuado, no hubiera estado listo para hacer frente al desabasto actual, así como tampoco estaría lista la producción de gas natural por medio de la ronda licitatoria canceladas en esta administración, por lo que aseguró que lo único listo y de corto plazo es el almacenamiento en las terminales de gas natural licuado (GNL).
«En su momento no fueron muy bien vistas las terminales por participantes relevantes del sector, por eso es que CFEnergía dejó de utilizar esas terminales. Si tiene los tubos para qué vas a gastar», dijo.
La especialista coincidió que la crisis meteorológica que está enfrentando Estados Unidos y el norte de México sobrepasó todo tipo de proyecciones, pues aún cuando todos los años hay nevadas nunca se habían emitido alertas críticas de manera oficial. ¿Soberanía energética? El presidente de la Asociación Mexicana de Gas Natural Vehicular (AMGNV), Andrés Bayona, insiste en que la iniciativa privada tiene interés por participar en proyectos de almacenamiento, ya que actualmente lo que está ‘empaquetado’ en los ductos alcanza apenas para un día de consumo.
«Eso es crítico pero no está tan alejado de lo que pasó en 2019 con la gasolina y el diesel, donde solamente tenemos almacenamiento para tres días. Es un gran reto subir el almacenamiento en el caso del gas natural y existen oportunidades de poder hacerlo», afirmó.
Algunas de las opciones que existen para el almacenamiento de hidrocarburos, además de las terminales, son los pozos de gas natural agotados o cavernas salinas, por lo que México tiene forma de poder desarrollar almacenamientos, sumado al desarrollo del shale gas, tomando en consideración que tenemos la quinta reserva mundial de gas natural en el subsuelo.
«Sin embargo, hay alguna restricción más reciente que hay que revisar en las políticas actuales, por eso insistimos en que estamos abiertos a revisar con el gobierno las políticas que existen para el almacenamiento por ejemplo de gas natural, hay muchas oportunidades para para desarrollar almacenamiento en incrementar la infraestructura», dijo.
La Secretaría de Energía (Sener) y la CFE anunciaron la llegada de dos buques con gas natural licuado, a la terminal de Manzanillo y Altamira, que inyectaron 450 millones de pies cúbicos de gas al Sistema de Transporte y Almacenamiento Nacional Integrado de Gas Natural (Sistrangas). Este hidrocarburo podrá ser tratado en las dos plantas regasificadoras con las que cuenta el país, sin embargo, en opinión de Bayona, el problema es que el almacenamiento instalado en esas dos plantas no cubre más de 4 o 5 por ciento del consumo nacional.
«Claro que van a servir los buques pero esa no es una solución para compensar el suministro de Estados Unidos», explicó.
Precedentes de desabasto En septiembre de 2007 un ataque coordinado en seis puntos de las tuberías de Petróleos Mexicanos (Pemex), ubicadas en Veracruz, provocó la evacuación de miles de personas y que se suspendiera el suministro de gas natural afectando las actividades de miles de empresas en estados del país.
En ese momento, la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) informó que las pérdidas ascendían a 100 millones de dólares por día.
Tras el ataque se tomaron algunas medidas como crecer la red de gasoductos y el sistema de gas natural en el país, sin embargo, para el presidente de la AMGNV, la razón del desabasto actual es complementa distinta, pues se trata de “una situación excepcional” por condiciones climáticas que no se presentaban en Texas desde hace muchos años.
«En 2007 hubo una circunstancia de terrorismo por un atentado a un ducto que afectó el interior del país. A raíz de esto se tomaron medidas en ese momento adecuadas, y es cuando se duplicaron los ductos y buscaron nuevas interconexiones con Estados Unidos», explicó Andrés Bayona.
En esto coincidió la Asociación Mexicana de Gas Natural (AMGN) al argumentar que el frío extremo y las heladas de los recientes días son un acontecimiento extraordinario para Norteamérica, “que se presenta por primera vez en los más de 100 años que el gas natural ha sido utilizado en México, tiempo en el cual se ha posicionado como palanca de desarrollo, al ser el energético más competitivo y sustentable”.
Falta de coberturas El ex director general de la Comisión Federal del Agua (Conagua), Jose Luis Luege, aseguró que el problema de desabasto de gas natural no obedece al congelamiento de ductos, sino al precio exorbitante que alcanzó el gas natural y que no puede pagar el gobierno federal debido a que no contrató coberturas que le garantizaran este año el precio del gas.
En condiciones climatológicas normales el precio del gas ronda en un promedio de 3 dólares por millón de BTU y en algunos momentos llega a cotizar en terreno negativo, pero a partir del vórtice polar que afectó a Texas el precio alcanzó 200 dólares por millón de BTU. Consultada por MILENIO, la Secretaría de Hacienda afirmó que no contratan coberturas de gas natural.
Se solicitó postura a la CFE sobre la existencia de las coberturas en gas natural, pero hasta el cierre de la edición la empresa no emitió ninguna respuesta.