La firma Santamarina y Steta señaló no vislumbra una salida «efectiva» al problema generado por la presentr administración en relación con el sistema aeroportuario del Valle de México.
El socio experto en derecho aeroportuario y aeronáutico de la firma, Juan Carlos Machorro, dijo que el problema es estructural, en donde el AICM se deteriora cada vez más y su ingreso principal, la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA), se encuentra comprometido hasta 2047 para liquidar la deuda del proyecto cancelado en Texcoco.
El especialista recordó que el proyecto del NAIM constituía una solución al problema de infraestructura aeroportuaria del país y resolvía el deterioro e inoperatividad insalvables del aeropuerto Benito Juárez, previendo su clausura definitiva para ser sustituido en la totalidad de sus operaciones por un proyecto de largo plazo, cuya viabilidad se extendiera por el resto del siglo.
«Todo está cuesta arriba, no tiene cómo ni para dónde crecer y el AIFA no resolverá el problema. Este es un tema sobre diagnosticado, se viene analizando hace más de treinta años. Al cancelar el nuevo aeropuerto, sacaron de terapia intensiva al Benito Juárez para operar indefinidamente, sin recursos y sin viabilidad y, peor aún, sin que el AIFA ni Toluca, aun operando juntos, puedan reemplazarlo”, explicó.
Juan Carlos Machorro comentó que al privatizarse el sistema aeroportuario, se reservó la «joya de la corona» al gobierno federal para que operara eventualmente un aeropuerto de categoría mundial en la capital del país; sin embargo, la única que invierte y pierde recursos públicos es la propia administración.
«Quizás haya que pensar en aplicar el principio de subsidiariedad y dejar esto en manos de la iniciativa privada, si el gobierno no está interesado, no sabe o no puede operar exitosamente un aeropuerto de primer mundo en la capital del país”, agregó.
El experto consideró que se descarta un viraje en la administración actual y se prevé un cierre de sexenio con un sistema aeroportuario cada vez más deteriorado en el Valle de México. “Habrá que esperar tiempos mejores; desafortunadamente, el país se reinventa cada seis años y los que quedamos somos los ciudadanos, esperando la suerte de los justos”.