Aunque los proveedores de datos y de calificaciones crediticias están madurando e incorporando criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) a sus metodologías, todavía les falta madurar en este tema y presentan el desafío de reflejar puntajes que reflejen las necesidades y el perfil de las instituciones, advirtió el Banco de México (Banxico).
El asesor del gobernador del Banxico, Rafael del Villar, indicó que los mercados financieros están considerando cada vez más los riesgos y oportunidades relacionados con la sostenibilidad como una fuente sustancial de riesgos materiales, además entre los administradores de activos existe un creciente consenso de que los riesgos materiales relacionados con la sostenibilidad son parte de su deber fiduciario.
Durante su participación en el evento Inversiones responsable, organizado por la Asociación Mexicana de Afores (Amafore), dijo que existen alrededor de 150 proveedores de datos ASG y al tiempo que el mercado se ha ido consolidando, los productos ofrecidos incluyen datos climáticos; análisis, servicios de asesoría, investigación y calificaciones ASG de empresas y países; datos sobre controversias; monitorio de la cartera ASG; segundas opiniones sobre el cumplimiento de bonos verdes sostenibles; certificación y verificación de terceros; y servicios de asesoría.
En este contexto, el funcionario del Banxico expuso que la incorporación de datos ASG en las calificaciones debe tener en cuenta la relevancia y materialidad para el desempeño financiero, pues la industria se está moviendo en esta dirección; sin embargo, los datos ASG aún enfrentan importantes problemas de comparabilidad, consistencia y confiabilidad; además, la oferta aún es limitada en los mercados emergentes y los requisitos de divulgación varían según la jurisdicción.
En este contexto, “parece existir insuficiente transparencia y algunos elementos clave de las metodologías de diferentes proveedores de calificación no son adecuadamente divulgados, en particular, destaca la racionalidad detrás de los factores que son materiales; además, generalmente no es posible replicar las calificaciones. Esta situación podría generar problemas de credibilidad.
Existen diferentes opiniones y evaluaciones que conducen a una visión más amplia y compleja, ello conlleva una falta de uniformidad entre las calificaciones entre diferentes proveedores”, apuntó.
No obstante, en el caso de las calificaciones crediticias, Del Villar confía en que la industria ASG madure para brindar más claridad y una trazabilidad más fácil para los usuarios finales.
“A medida que los datos ASG se vuelven más comparables y están disponibles a nivel mundial, en la medida en que las calificaciones ASG estén asociadas a un desempeño financiero diferente y, yo diría mejor, probablemente deberían seguir el mismo camino que las calificaciones crediticias que han estado en uso durante un periodo mucho más largo y que generalmente son parte de los procesos de inversión y toma de decisiones de instituciones que han pasado por varias pruebas de su utilidad”, dijo.
El asesor del gobernador del Banxico destacó que los esfuerzos regulatorios probablemente podrían ayudar a mejorar la transparencia en la trazabilidad, en lugar de restringir puntos de vista o enfoques particulares; además, estándares globales pueden ayudar a agilizar el proceso de adopción de los criterios ASG.