En medio de la emergencia sanitaria avanza la planeación de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO), que en su edición número 41, planea volver a los espacios físicos, luego de que la pandemia la obligara a mudarse al plano virtual.
Este año, acota la ahora directora de la FILO, Vania Resendiz, se apuesta por un formato híbrido que ofrecerá eventos virtuales y físicos, con medidas sanitarias establecidas. No obstante, si los contagios continúan para el periodo del 15 al 24 octubre, la virtualidad será la opción.
“Nos enfrentamos a muchos retos y estamos en la incertidumbre y en medio de cambios. El año pasado nos dimos cuenta de que la contingencia no tiene un camino descrito, por lo que estamos atentos, monitoreando su curso en la tercera ola, donde el incremento de contagios es preocupante”, detalla.
Para que la FILO presencial sea posible, se tomará en cuenta el semáforo epidemiológico y estrictos protocolos para que el público se sienta seguro.
A un año de haber asumido el reto de presentar contenidos de manera virtual, Resendiz indica que algunos de los eventos que se organizaron durante el 40 aniversario de la FILO, en 2020, registraron hasta 30 mil espectadores de manera simultánea. Pese a ello, reconoce que la emergencia golpeó considerablemente a la feria, desde su logística hasta su formato.
En 2019, antes de la pandemia, las actividades y stands de libros recibieron a más de 100 mil visitantes, a pesar del cambio de sede que mudó a la feria al Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca (CCCO), tras décadas de permanecer en la Alameda de León.
Además, las ventas para las editoriales se desplomaron 30%, por lo que aunque se planea la presencia de expositores, principalmente editoriales independientes, la representante de la FILO apunta que la recuperación económica será paulatina y los libros de las editoriales que participen se podrán adquirir por internet.
Ante ello, Vania admite que la feria se ha visto obligada a reinventarse ante los cambios de sede y ahora adoptando el plano virtual como una de las opciones que, asevera, permitirá que se puedan disfrutar de conversatorios, coloquios, presentaciones de libros, entre otras actividades, de manera remota.
Sin embargo, resalta que las actividades presenciales son necesarias, pues ante la brecha tecnológica que enfrenta Oaxaca, muchas personas que no tienen equipo o conectividad quedarían fuera de las actividades, si éstas sólo son virtuales.
Este año, la feria no se fijará una meta de asistencia, sino la conformación de públicos que se interesan por determinadas actividades y experiencias.