El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) advirtió que los riesgos para que México entre en una recesión están presentes y han aumentado, como resultado de los altos niveles inflacionarios que hay en el país y el incremento en las tasas de interés, además de las alarmas que se han encendido en la economía de Estados Unidos.
En conferencia de prensa, Alejandro Hernández, presidente del IMEF, indicó que en México se tuvo en junio una inflación de 7.99 por ciento, la más elevada desde 2001, y mantiene una tendencia al alza que no da muestras de comenzar a revertirse.
Expresó que lo preocupante es que 83 por ciento de los genéricos que integran el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) crece por arriba del 4 por ciento y cerca de una tercera parte de éstos aumentan por arriba del 10 por ciento anual.
“A pesar de la relativa estabilidad en las perspectivas de crecimiento del PIB, debe notarse que el escenario continúa siendo altamente incierto y prevalece un fuerte sesgo a la baja. De hecho, la posibilidad de una recesión en la actividad económica no sólo está presente, sino incluso aumenta su probabilidad de ocurrencia”, mencionó el presidente del organismo.
Y es que si bien, dijo, los recientes indicadores de la actividad económica muestran resultados positivos a tasa anual, de forma mensual hay caídas en el crecimiento de la actividad económica del país.
Tan sólo hoy, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer el Indicador Oportuno de Actividad Económica (IOAE) de junio, el cual mostró un retroceso mensual de 0.38 por ciento mensual, lo que de confirmarse, sería la primer caída mensual desde octubre del 2021.
“El principal factor de incertidumbre previsible es el de la interacción entre la inflación y la política monetaria. Conforme la inflación siga en ascenso, la presión para que los bancos centrales incrementen sus tasas de interés de referencia irá en aumento, con la posibilidad de generar no sólo inquietud, sino posibles disrupciones en los mercados financieros en la medida en que sus participantes no logren ajustarse a tiempo”, apuntó Hernández.
Segunda parte del año luce complicada
Mario Correa, presidente del comité nacional de estudios económicos del IMEF, consideró que si la economía entrara en un proceso de recesión o una fuerte caída en la actividad se verá reflejada hasta principios del próximo año.
“Lo que estamos viendo en mayo y junio es un mal desempeño de la actividad económica, pero parece que son malas noticias. La siguiente parte del año viene complicada, porque tenemos alta inflación, los bancos centrales suben su tasa de interés, no sabemos a donde llegará este nivel de tasas, pero pinta para ser una segunda parte complicada, y eso es lo previsible, pero está lo que no sabemos”, agregó Correa.
Hernández agregó que la falta de claridad que produce una serie de políticas públicas mal enfocadas, por ejemplo la política energética, aunada a la percepción de deterioro en el estado de derecho por la creciente inseguridad, genera un entorno adverso para los negocios y la inversión.
El IMEF espera que la economía tenga un crecimiento de 1.8 por ciento este año; que la inflación cierre en un nivel de 7.7 por ciento y que la tasa de referencia del Banco de México (Banxico) se sitúe en 9.5 por ciento.