El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) desistió de despedir a los promotores comunitarios como parte del apoyo del Promotoría Comunitaria del Programa para el Fortalecimiento Económico de los Pueblos y Comunidades Indígenas (Proeci); pero les bajó el sueldo, los dejó dos meses sin salario y los desvinculó de cualquier relación laboral con la institución.
A finales de abril de 2020, EL UNIVERSAL informó del despido masivo de promotores comunitarios “por fuerzas de causas mayor”, por las medidas de austeridad decretadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador y para atender la emergencia sanitaria de la pandemia del Covid-19.
Los promotores comunitarios dieron a conocer que después de las denuncias públicas de los despidos masivos, el INPI los mandó llamar para decirles que no serían despedidos, pero que a causa de la pandemia del Covid-19, se les reduciría el salario de 10 mil pesos a ocho mil pesos.
Además, se les quitó el derecho a viáticos para sus actividades en las comunidades y se les informó que ellos tienen que utilizar sus equipos de cómputo, porque no se les proporcionarán las herramientas para realizar sus trabajos
En ese documento, el promotor declara no tener ningún vínculo jurídico laboral que lo una al INPI y que en cualquier momento pueden ser reemplazados; incluso, sin justificación y sin recibir indemnización alguna.
Los promotores comunitarios agregaron que en el mes de diciembre de 2020 fueron retirados de sus actividades y llamados hasta uno o dos meses después sin percepción económica durante ese tiempo.
“Cabe hacer mención a esta modalidad de empleo, a propósito de las constantes menciones de funcionarios Federales de alto nivel pronunciándose a favor de los derechos laborales y la eliminación de la subcontratación cuando en lo más oculto operan de esta manera, dejando sin derechos a cientos de promotores en todo el país”, expresaron.
En estos meses de pandemia, informaron a EL UNIVERSAL, son ellos quienes están en contacto directo con las comunidades a fin de no suspender los programas y proyectos del INPI, pero sin un salario digno y mucho menos prestaciones como seguridad social.
“Si nosotros o nuestros familiares directos se contagian, estamos completamente en el abandono patronal y sin los beneficios mínimos que un trabajador de cualquier tipo debe tener”, manifestaron.
Ahora que el director general del INPI, Adelfo Regino, sale a “los escenarios políticos nuevamente con miras como posible candidato de Morena a la elección para gobernador, no estaría mal que le echara un vistazo a las condiciones de sus empleados de más bajo nivel, que bueno, ni siquiera son reconocidos como empleados del Instituto”, denunciaron.