Los jueces y magistrados federales del país se pronunciaron a favor de la iniciativa presentada por la senadora Kenia López Rabadán, quien propuso acabar con la desigualdad contra las mujeres en el Poder Judicial de la Federación (PJF) para que exista una paridad de género.
Indicaron que es bajo el número de mujeres que ocupan el cargo de juezas o de magistradas en comparación al de los hombres que ejercen la misma función y los motivos por los que existe esta gran diferencia “no tienen que ver con el grado de preparación, sino con la dificultad de ser mujer en este país”.
A través de la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del PJF (JUFED), dijeron apoyar la reforma que propone la legisladora federal para reformar los artículos 27, 73, 94, 99, 100, 116 y 122 de la Constitución Federal, “a fin de que en verdad sea respetado este principio de la paridad de género”.
Los juzgadores reconocieron la disparidad que hay en el PJF porque de 776 magistrados de circuito en el país, solo 157 son mujeres, y de los 626 jueces de Distrito, 164 son féminas.
“La desigualdad derivada de la situación de ventaja que, por varios factores (culturales, religiosos, económicos, sociales) tuvo el varón sobre la mujer también permeó al interior del Poder Judicial (local y federal) y de otros órganos que conforman el Estado Mexicano”, señaló la asociación.
Recordaron que antes de 1961 no existían mujeres que estuvieran en el cargo de ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). En la actualidad, son tres ministras y ocho ministros quienes integran el máximo tribunal de justicia del país.
“Esto es, el 27.27 por ciento de ese universo de ministros son mujeres, un porcentaje que dista lo que se establece en el párrafo octavo del artículo 94 constitucional que, si bien se dirige a los distintos órganos que no son el Alto Tribunal, no es de soslayarse para la igualdad que debe existir también en la conformación ideal de todo el conjunto”, apuntaron.
Los juzgadores agregaron que se deben tener en cuenta situaciones que existen en la mujer mexicana: “se normaliza que se dedique al hogar, que pese a contar con un trabajo como profesional del derecho, deba realizar una segunda jornada en casa; es quien por lo general se ocupa de manera prioritaria del cuidado de los hijos, acude a las reuniones del colegio de sus hijos, vigila las tareas escolares, lleva a los críos a las citas médicas, a sus actividades extracurriculares y administra el hogar”.
Aunado a ello, en muchos lugares del país está arraigada la cultura patriarcal, “de tal suerte que se impone una limitante al pleno desarrollo de la mujer en puestos de dirección y decisión”.
De ahí que, sea necesario romper con toda barrera que impida el acceso de la mujer a tales puestos (incluido el de juez, magistrada y cualquier otro que se relacione con decidir el derecho), enfatizaron.