Rosita Alvirez Nicolás, de 57 años, viajaba de regreso a su comunidad, Iturbide de Chalcatongo, después de hacerse unos estudios del estómago en la Ciudad de México; antes de llegar, murió junto con otras 28 personas en el accidente del miércoles por la mañana en inmediaciones de Magdalena Peñasco.
Rosita se mantenía fuerte y trabajadora, pues mantenía a dos de sus hijos menores de edad; sin embargo, ya no regresó y su cuerpo fue entregado en un ataúd.
“Somos una familia de escasos recursos y le pedimos la reparación de daños a la empresa del autobús, porque lamentablemente de ella dependían mis hermanos más pequeños”, dice José Manuel Nicolás, uno de sus hijos.
La hija de Irene Cruz, originaria de la Ciudad de México, también resultó lesionada junto a su padre y dos de sus hermanos, sus planes eran pasar las vacaciones junto a su familia en Santa Catarina Yosonotú, pero en el accidente murió la esposa de su padre.
Así como esta familia, otras cuatro personas provenientes de la capital del país perdieron la vida, informaron las autoridades.
Decenas de familias de al menos cinco municipios de la región de la Mixteca están de luto, entre los más afectados está Chalcatongo de Hidalgo, donde podrían ser de 10 a 15 fallecidos originarios de sus comunidades. Mientras que en Santiago Yosondúa podrían ser más de cinco personas muertas, señalan de manera extraoficial las autoridades.
En el aparatoso accidente también dos ciudadanos de Estados Unidos murieron, ambos iban para Yosondúa, el destino final del autobús. En este municipio sólo circulan dos empresas de autobuses con destino a la Ciudad de México, no hay más opción.
“El chofer no tuvo la culpa”
Cuando el autobús cayó al río que corre a un lado de la carretera estatal, el chofer Marcos Nicolás Cuevas, quien tenía licencia federal de conductor, perdió la vida al instante. Ahora, con un moño negro su familia recibe el pésame de la comunidad de Progreso Chalcatongo.
“En nuestra familia queremos que la empresa se haga cargo de la indemnización, queremos que cubra los gastos, porque nuestro hermano no fue responsable”, señala el hermano de Marcos, quien asegura que el camión no tenía mantenimiento, además de que se había sobrecargado con paquetería.
Agregó que el vehículo accidentado ningún conductor quiso tomarlo porque le fallaba el freno y fallas mecánicas, según le platicó su hermano. “En una ocasión yo viajé en ese autobús y en la salida a Yanhuitlán, se quedó sin frenos y el chofer se lo trajo así hasta Tlaxiaco”.
Al igual que la familia de Marcos, los demás solicitaron a las autoridades responsabilizar a la empresa de autobuses Yosondúa sobre el accidente donde hasta este jueves sumaban 29 decesos y más de 15 heridos.
“Mi esposo pide que las autoridades investiguen sobre estos hechos”, dice Irene, mientras espera que den de alta a su hija.
El secretario de Gobierno de Oaxaca, Jesús Romero López, indicó a EL UNIVERSAL que solicitará a la Secretaría de Comunicaciones, Infraestructura y Transporte que ayude a esclarecer el caso, debido al estatus de la empresa, para suspender sus operaciones.
“Se tiene que proceder jurídicamente primero contra quien conducía esta unidad; segundo, se tiene que solicitar a la empresa que dé respuesta en base a lo que la ley marca. De no ser así, entonces se procederá directamente contra la empresa, no solo por parte de las familias, sino sin ninguna duda por el gobierno del Estado, para exigir que cumplan con lo que la ley manda”.
En Magdalena Peñasco, entre susurros por falta de datos oficiales sobre el origen y paradero de las víctimas, familiares y vecinos lamentan el accidente, pero todos coinciden en solidarizarse con los afectados y pedir justicia por las pérdidas humanas.
En las primeras horas de este jueves, encendieron veladoras para darle descanso eterno en el fatal accidente, primer caso de este tipo en la región de la Mixteca, en donde apenas en el 2021 llegó el reencarpetamiento asfáltico de la carretera que va de Tlaxiaco a San Pedro Molino. El tramo hasta Yosondúa quedó sin concluir.