No fue a un McDonald’s ni tampoco salió por una Coca Cola, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fue seguido por la prensa hasta un restaurante donde un video lo captó saliendo con nada más ni nada menos que con dos platillos emblemáticos de la cultura mexicana, aunque también, de paso, aprovechó de lanzar unos cuestionamientos al bloque republicano.
«Tacos y unas enchiladas», eso fue lo que confesó el mandatario a la prensa al ser consultado sobre lo que consiguió tras salir del local. No se sabe si le puso o no chile, pero la comida que obtuvo marca una diferencia rotunda a lo que anteriormente se había visto de otros mandatarios demócratas.
Tanto Bill Clinton como Barack Obama también salieron en público comprando o comiendo, aunque ellos lo hicieron en un restaurante de McDonald’s y tomando Coca Cola mientras eran presidentes. Biden salió de la Casa Blanca y se dirigió a Taquería Las Gemelas (también conocida en Estados Unidos como Two Girls), la cual se ubica en Washington D.C.
No está claro si es un gestó a la comunidad mexicana, a los migrantes o simplemente se deba a que efectivamente a Biden le gusta nuestra gastronomía, lo cierto es que esta acción, ya viralizada en redes sociales, se da justo en medio de los preparativos para la eventual reunión que tendrá Kamala Harris con el presidente Andrés Manuel López Obrador para tratar la masiva llegada de extranjeros indocumentados a través frontera que hay entre México y Estados Unidos.
Según López Obrador, la visita de la segunda al mando de Estados Unidos se dará después de las elecciones federales en México, las cuales se realizarán el 6 de junio.
«No entiendo a los republicanos», critica Biden La acción del mandatario no solamente se quedó en contestar que llevaba «tacos y algunas enchiladas», también aprovechó de confesar que «no entiendo a los republicanos», esto luego de ser consultado por los esfuerzos de integrantes de la oposición para sacar de sus propias filas a Liz Cheney, quien ha contrariado a varios dirigentes del bloque tras sostener que no cree que existió fraude electoral contra Donald Trump.
La republicana ha tenido que enfrentar críticas internas por su negación a los argumentos que Trump ha dicho de forma reiterada, pero que carecen de fundamentos válidos y que han sido desechos tanto por gobiernos estatales como por la propia justicia estadunidense.