En octubre de 2022 se cerró de manera definitiva el basurero ubicado en el municipio de la Villa de Zaachila, pero desde entonces la promesa de un saneamiento integral no ha llegado. Ahora, es considerado un pasivo ambiental que causa graves daños a la población y al medio ambiente por la generación de gas metano y lixiviados que se van al subsuelo.
Sobre este basurero regional en el que más de 30 municipios de los Valles Centrales de Oaxaca arrojaban sus residuos sólidos urbanos René Sánchez Hernández, presidente de la Confederación Nacional Ecologista (Conaep), sostiene que no hay evidencia de que se hayan llevado a cabo labores de saneamiento, por lo que las afirmaciones realizadas por el gobierno del estado respecto al gasto de millones de pesos en dicho rubro son falsas.
“Realmente no se ha hecho, y nosotros tenemos prueba de ello, tenemos fotografías de cómo está el basurero, y demuestran que ahí no hay obras”. Recordó que el exgobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, afirmó en su último año de gobierno que se hizo una inversión de 130 millones de pesos, con ese fin.
El activista advierte que, mientras tanto, se profundizan los daños a la salud de los habitantes no sólo de los que viven alrededor del basurero, sino también de aquellos de la zona metropolitana de la ciudad de Oaxaca; además de la contaminación al subsuelo y a los mantos freáticos de la región por la filtración de los lixiviados, un líquido negro compuesto de diversos metales y otras sustancias químicas que se crea a partir de la acumulación de los residuos.
Sobre el gas metano, detalla que éste es aspirado por las personas principalmente en la temporada invernal. Cuando hace frío, explica, el gas desciende a ras de suelo y forma una capa, y es consumido de manera directa por las personas.
Las intoxicaciones, dice, pueden provocar temblores, gingivitis, alteraciones psicológicas, aborto espontáneo, pérdida de la memoria, inestabilidad emocional, insomnio, inapetencia, afectaciones renales, daños pulmonares, la función renal, el tracto gastrointestinal, las articulaciones y el sistema nervioso, alteraciones digestivas, entre muchas otras.
“El primer efecto es que le da somnolencia, quedan somnolientes, el siguiente es que les causa este dolor de cabeza, debilidad y en los niños se reduce su capacidad de retención en las escuelas. Entonces, ahí hay un efecto secundario que es poco perceptible, poco medible, pero que, de acuerdo a los estudios científicos, sí existen daños”.
Adicionalmente, el gas que se genera y se acumula en el basurero de Zaachila ya está provocando algunas explosiones. Hay un caso, asegura, de una mujer que entró al baño de su casa y encendió un cigarro, esto provocó una explosión que la llevó al hospital.
Mientras que los lixiviados representan una grave contaminación del subsuelo y llegan hasta los mantos freáticos, de donde se extrae el agua potable que consume la mayoría de la población de la región Valles Centrales de Oaxaca; pero también, señala, estos lixiviados se hacen polvo con el tiempo y el viento lo traslada más allá del basurero, incluso, asegura, ese polvo tóxico llega hasta la capital del estado.
“Los lixiviados se van a los ríos, se van a las aceras de las personas que viven allí, a las cunetas y eso les causa perjuicio… corren por la superficie de la tierra y cuando está el sol se evaporan estos líquidos, pero además se hacen polvo, si se secan entonces se convierten en polvo y lo aspiran los niños, lo aspiran las personas que viven en esas colonias”.
A principios de marzo de 2024, René Sánchez como representante de la Conaep, entregó al gobierno de Oaxaca una solicitud en la que pide al gobierno del estado realizar el saneamiento del basurero de la Villa de Zaachila.
No es la primera vez que lo hace, dice, porque desde hace más de 10 años han advertido y exigido acciones a las autoridades estatales porque se expiden miles de toneladas de gas metano y lixiviados, que los convierte en un grave problema sanitario que causa daños en alrededor de 500 mil habitantes que viven en la zona metropolitana de Oaxaca de Juárez.
“Estamos diciendo que más de medio millón de habitantes están siendo afectados por los lixiviados, estamos diciendo que esos corren por los veneros de Oaxaca, porque los lixiviados no tienen límites, no conocen fronteras, fluyen y entonces, en ese fluir, que ya tiene varios años, pues está perjudicando a toda la población”.
El presidente de la Conaep espera que en esta ocasión haya funcionarios sensibles para lograr el saneamiento integral del basurero de Zaachila.
“Nosotros hemos dicho que los funcionarios son ignorantes e incultos, ignoran la ley que les obliga a hacerlo y son incultos porque no tienen la cultura ecológica. También hemos dicho que son ciegos porque no ven el problema, mudos porque no contestan tantos oficios que hemos metido, y son sordos, porque no oyen a la población, hemos hecho manifestaciones aquí y no les importa”.