La historia registra la intervención de Porfirio Muñoz Ledo en numerosos episodios que resultaron claves para la transición democrática y la construcción de nuestro sistema político electoral, destacó el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova.
En su discurso durante el homenaje al político y diplomático organizado por EL UNIVERSAL y el Senado de la República, dijo que «sin duda, Porfirio es uno de los protagonistas de nuestra transición, forjador de acuerdos y constructor de muchas de las instituciones que hoy dan vida y sustento a nuestra democracia».
En la Vieja Casona de Xicoténcatl, indicó que es uno de los constructores del proceso que nos permitió sentirnos, y ser parte, todas y todos, de una casa común, nuestra sociedad en clave democrática, en donde cabemos todas y todos, con nuestras legítimas diferencias, sin excepción.
«La defensa de esa causa común que sustituyó a aquella realidad política de dónde venimos, excluyente y opresiva, y que afortunadamente logramos dejar atrás, es hoy, lamentablemente, la causa política, todavía, más importante que enfrentamos».
«No debemos olvidarnos de que la ruta de la transición democrática, de la transición política, es una avenida de doble sentido, uno de ellos nos lleva hacia la democracia, otro, hacia regresiones inaceptables», subrayó.
No invocar este último camino pasa invariablemente por reivindicar el derecho legítimo que tenemos todas y todos a pensar distinto, el reconocer, el procurar, el defender, y el recrear el pluralismo político, es la esencia de la democracia, y la primera de las razones, de las condiciones, de su diferenciación frente al autoritarismo, agregó Córdova.
Destacó de Muñoz Ledo sus múltiples facetas: estratega, negociador eficaz y, sin duda, uno de los mejores tribunos que ha tenido el Congreso mexicano, creo que todavía Porfirio imbatible en el número de intervenciones en el Senado de la República, en aquella legislatura que, por primera vez incorporó legisladores de oposición, en donde también nuestra querida Ifigenia integró esa mini bancada de cuatro senadores, frente a los 64 que entonces integraban, aquí, la Cámara alta.