Salvador Rangel, obispo emérito de Chilpancingo-Chilapa, descartó presentar denuncias tras su desaparición la semana pasada, luego de que su abogado aseguró que había sido víctima de secuestro exprés, pero luego fue desmentido.
El religioso aseguró en un comunicado que perdonaba a las personas que le han hecho daño, del mismo modo que lo hizo Jesucristo, al tiempo que exigió respeto a su persona.
«Con todo mi corazón perdono a todas las personas que me han hecho daño por los hechos de los que he sido víctima, así como a aquellos que me han revictimizado producto de la desinformación», aseguró.