La 76º asamblea anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cerró con un llamado a los Estados a contrarrestar la desinformación que circula sobre el tratado global sobre pandemias que los países negocian en el seno de esta organización y que debería aprobarse dentro de un año.
«La idea de que este acuerdo cederá autoridad a la OMS es simplemente una información falsa. Este es un acuerdo entre los Estados miembros y para los Estados miembros, que serán los que la implementen según sus propias leyes (nacionales)», declaró el director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, al cerrar la asamblea.
Sostuvo que las negociaciones sobre este acuerdo representan «una oportunidad en una generación» para aprender de los errores que se cometieron durante la pandemia de la Covid-19 y evitar que se repitan.
Entre los asuntos que se buscan resolver está el del acceso a cualquier producto médico que permita poner bajo control un brote pandémico, en condiciones de igualdad entre los países, independientemente de su poder económico.
Según el plazo aceptado por los países, el nuevo tratado deberá estar listo para su adopción en la 77º asamblea mundial de la OMS, en mayo de 2024.
Tedros destacó que durante los nueve días de trabajos de la asamblea que acaba de concluir se abordaron temas urgentes y se avanzó en ellos, como los planes de preparación para futuras pandemias, la relación entre salud y cambio climático, el combate del tabaco y la escasez de personal sanitario en numerosos países.
Países impulsarán vacunación infantil y lucha contra la tuberculosis
Asimismo, se decidió dar un impulso a la lucha contra la tuberculosis y tomar medidas para recuperar el terreno perdido durante la etapa aguda de la Covid-19 en términos de la vacunación infantil.
En la asamblea se hicieron evidentes las divisiones provocadas por intereses geopolíticos, en particular por la guerra en Ucrania.
La asamblea aprobó una resolución que condenaba abiertamente y en términos severos a Rusia por su agresión militar contra ese país, así como los ataques contra civiles y contra infraestructuras básicas, incluyendo instalaciones sanitarias.
«Vivimos en un mundo de profundas divisiones y no podemos pretender que no existen, pero no podemos dejarnos paralizar por éstas», declaró el director general de la OMS.