La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una nueva guía sobre la prevención, el diagnostico, el tratamiento y la atención del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), las hepatitis virales y las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) para las poblaciones de mayor riesgo.
Las directrices describen una respuesta de salud pública al VIH, la hepatitis viral y las infecciones de transmisión sexual (ITS) para cinco poblaciones clave:
- Hombres que tienen relaciones sexuales con hombres
- Personas trans y de diverso género
- Trabajadores sexuales
- Personas que se inyectan drogas
- Personas en prisión y en entornos cerrados
«Las poblaciones clave deben ser priorizadas, en todos los entornos y esto significa como se describe en estas nuevas directrices, planeando llegar a ellas primero con prevención, pruebas y tratamiento, así como priorizando a las poblaciones clave en los programas de financiación», dijo Erika Castellanos, Directora de programas de GATE (la Acción Mundial para la Igualdad Trans), quien fue copresidenta del Grupo de Desarrollo de Directrices de la OMS.
De acuerdo con la OMS, las poblaciones clave, los factores sociales, legales, estructurales y contextuales aumentan la vulnerabilidad al VIH, la hepatitis viral y las ITS y obstruyen el acceso a la salud y otros servicios.
Por eso, es que los datos de ONUSIDA muestran que alrededor de 70 por ciento de las nuevas infecciones por el VIH se producen entre las poblaciones clave y sus parejas. En la mayoría de los países, el acceso es limitado, la cobertura inadecuada y la mala calidad de los servicios para las poblaciones.
«Todos los países deben priorizar llegar a estas poblaciones clave y apoyar a las comunidades de población clave para liderar la respuesta y proporcionar servicios equitativos, accesibles y aceptables a estos grupos».
Además de destacar la necesidad de abordar las barreras estructurales y proporcionar paquetes prioritarios de servicios de salud para cada una de las 5 poblaciones, se hacen nuevas recomendaciones para la prestación de servicios, como intervenciones virtuales y el papel crítico de los navegadores de pares para guiar a los miembros de grupos de población clave a través de los servicios de salud.
Otras nuevas áreas de recomendaciones incluyen abordar el chemsex, la frecuencia de las pruebas del virus de la hepatitis C para las personas con riesgo continuo de infección y proporcionar tratamiento para el VHC sin demora a las personas con infección por VHC recientemente adquirida y riesgo continuo
Estas directrices también reconocen que las intervenciones conductuales destinadas a cambiar los comportamientos, que tienden a priorizarse en muchos entornos, no tienen ningún impacto en la incidencia del VIH, la hepatitis viral y las ITS o en el cambio de comportamiento.