El papa Francisco recibió este jueves en el Vaticano a su compatriota, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, una audiencia clave para abordar temas candentes como la pandemia, la liberación de las patentes de las vacunas y la deuda exterior. La audiencia a puerta cerrada se celebró en el estudio del Aula Paulo VI en el Vaticano y duró unos 25 minutos, informaron fuentes vaticanas.
Se trata de la cuarta y última escala de la gira que el presidente Fernández celebra en Europa, tras visitar Portugal, España y Francia, donde ganó respaldos para sus delicadas gestiones por la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París.
Fernández llegó al Vaticano acompañado por una delegación oficial encabezada por su esposa, Fabiola Yañez, el secretario de Culto, Guillermo Oliveri y el ministro de Economía, Martín Guzmán, quienes fueron recibidos con todos los honores por las autoridades vaticanas. Al término del encuentro privado con Fernández, el papa recibió a la delegación para el tradicional intercambio de regalos.
Francisco le obsequió al mandatario argentino un mosaico, mientras Fernández le regaló libros, una estola y miel producida por una cooperativa argentina. Fernández, de 62 años, había sido recibido en enero del 2020 por el papa en el Vaticano después de su elección para una audiencia privada particularmente larga, marcada por la cordialidad y en la que hablaron de la pobreza y la deuda del país sudamericano.
Los dos líderes, que se conocen desde hace años, hablaron en esa ocasión de la deuda externa, tema sobre el que «tienen muchas coincidencias», como reconoció entonces el mismo presidente.
Sin embargo, la aprobación hace cuatro meses por parte de Argentina de la ley para la Interrupción Voluntaria del Aborto ha enfriado las relaciones entre el gobierno peronista y la iglesia católica. El tema ensombrece el apoyo dado en numerosas ocasiones por el papa argentino a la batalla contra la gigantesca deuda externa de los países, que «condena a los pueblos a la esclavitud» y que considera «impagables», como ha denunciado.