En Francia se ha generado un intenso debate el uso del pasaporte sanitario por covid-19 para ingresar a lugares como restaurantes, cafeterías e incluso a determinados tipos de transportes que involucren largos trayectos, siendo esto una de las restricciones por el coronavirus aplicadas por el gobierno de Emmanuel Macron, la cual comenzó a aplicarse ayer en el país europeo.
La aplicación de este pase sanitario se puede hacer a través de un código QR en los dispositivos móviles como en un papel, pero que debe ser escaneado para saber si el usuario se vacunó contra el covid-19, se recuperó recientemente de la enfermedad (en un plazo no superior a seis meses) o tuvo una prueba negativa al coronavirus en un examen reciente.
El Ministerio de Sanidad de Francia cambió el domingo las medidas sanitarias, horas antes de que el pasaporte sanitario se hiciera obligatorio para ingresar a algunos lugares.
Según consigna El Mundo, también existieron algunas extensiones en la medida, como la de que los no vacunados tienen 72 horas y no 48 en la validez de su prueba negativa por covid-19, haciendo posible realizar «autopruebas supervisadas por un profesional de la salud», dicho por la secretaría sanitaria francesa, agregando también que el pasaporte sanitario solamente estará exento en hospitales en caso de extrema urgencia médica.
Los cambios se aplicaron tras cuatro semanas cargadas por las manifestaciones contra el pase por covid-19, donde incluso se reunieron 237 mil personas durante las protestas en el país, pelando a «libertad» y criticando una «dictadura sanitaria». «No hemos muerto, hemos sobrevivido. Así que vamos a seguir haciéndolo.
¿Qué es más importante, ir al cine, al restaurante, o luchar por nuestra libertad?», explicó al medio Libération Nour una manifestante de 37 años. Aún con estas protestas, lo cierto que es que la solicitud del pase sanitario ya se estaba pidiendo para entrar a zonas como museos, cines, teatros o estadios desde el 21 de julio en Francia.
Además, el uso de este certificado había sido promulgado el viernes tras la aprobación hecha por la Asamblea, la cual contó con la validez del Consejo Constitucional. El Mundo precisó que ayer, el ministro de Sanidad, Olivier Véran, dijo que se informará y dará seguimiento sobre el uso de este sistema sanitario tanto a los ciudadanos como a los dueños de los establecimientos.
El tema no es menor, ya que quienes incumplan con esta medida por el coronavirus arriesgan multas que van desde los 135 a los 3 mil 750 euros (3 mil 178 a más de 88 mil 200 pesos), además de seis meses de prisión en caso de que exista reincidencia en tres ocasiones en un periodo de un mes, generando incluso el cierre de locales en caso de los establecimientos.
El medio español también cita encuestas donde seis de cada 10 ciudadanos respaldan la medida sanitaria en Francia, el mismo país donde al menos 44.7 millones de personas recibió al menos una dosis de la vacuna, reflejando esta cifra el 66.4 por ciento de la población total, mientras que dentro de este mes se espera llegar a 50 millones de inoculados.
Los trabajos de las autoridades del gobierno francés también juegan un rol fundamental ante una posible reelección de Emmanuel Macron a la presidencia, llegando a tal punto a ser considerado como el mandatario «epidemiólogo y pedagogo» por el periódico Le Monde.