Aunque la mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) decidió subir la tasa de interés de referencia, de 4.25 a 4.5 por ciento, persisten las discrepancias entre ellos, el principal argumento en contra del alza en dicha tasa radica en que los factores que han incidido en la inflación son transitorios y no se está dando una comunicación adecuada por parte de banco central.
Alejandro Díaz de León, Irene Espinosa y Jonathan Heath votaron a favor de aumentar el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en 25 puntos base a un nivel de 4.50 por ciento, mientras que Galia Borja y Gerardo Esquivel votaron a favor de mantenerlo en 4.25 por ciento.
De acuerdo con el anuncio de política monetaria del Banxico, la mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno coincidió en que las presiones sobre la inflación están asociadas a choques que se espera sean transitorios, uno apuntó que son tres factores específicos que no deberían ser motivo de preocupación.
La reversión de los precios a su tendencia ante la reapertura, lo que explica que temporalmente se registren tasas de inflación elevadas; los choques globales que llevan a incrementos en los precios internacionales de materias primas y de diversos insumos industriales, los cuales han tenido un impacto atípico en un número reducido de productos con una influencia importante sobre la inflación; y el cambio en los patrones de consumo de los hogares y los reajustes en precios relativos.
En este sentido, agregó que en algunos casos los incrementos en precios se revertirán conforme avance la normalización, mientras que en otros se mantendrán, aunque su efecto tenderá a desvanecerse paulatinamente debido a que se trata de aumentos de una sola vez.
En este contexto, un miembro de la junta apuntó que un incremento de la tasa de interés tiene un impacto generalizado y negativo sobre la inversión, el consumo, el empleo, el crédito y las finanzas públicas.
Consideró que no es conveniente adelantar lo que podría interpretarse como un ciclo de normalización de tasas, destacó que se espera que la Reserva Federal de Estados Unidos comience su proceso de normalización hacia mediados de 2023, por lo que cerrar la posición relativa de forma prematura y llevar la tasa de interés local a terreno neutral con premura podría afectar la estabilidad macroeconómica y financiera futura.
Gerardo Esquivel argumentó en la reunión de política monetaria que aumentar nuevamente la tasa de interés podría transmitir la señal incorrecta de que la inflación actual tiene un carácter más permanente, lo que a su vez podría afectar las expectativas de corto y mediano plazo, así como al proceso de formación de precios.
Recordó que las decisiones y la comunicación del banco central constituyen una señal que afecta las expectativas de los agentes, por lo que consideró que la política adecuada en el contexto actual es mantener la tasa y explicar con mayor detalle el origen y las causas de la inflación observada, reiterando el carácter transitorio de la misma.
Argumentos a favor del alza de tasas
No obstante, otro miembro de la Junta de Gobierno del instituto central argumentó que, ante el complejo entorno, es indispensable que el Banxico actúe de manera oportuna y decidida para refrendar el compromiso con su mandato prioritario (el control de la inflación).
Expresó que, de no hacerlo, se requeriría de ajustes más pronunciados en un futuro, con mayores costos en términos de producción y empleo. Recordó que, si bien las presiones inflacionarias se explican mayormente, aunque no exclusivamente, por choques de oferta, para los cuales la política monetaria tiene un alcance limitado, es indispensable fortalecer el canal de las expectativas, a fin de evitar efectos de segundo orden, que la formación de precios se contamine y que se afecte el anclaje de las mismas.
Resaltó que, ante un desempeño aún débil del mercado laboral, de la inversión y del financiamiento interno, y dados los efectos de la pandemia sobre la desigualdad, es de vital importancia el papel del Banxico en la consecución de la estabilidad de precios para evitar agravar la situación de la población más vulnerable, que padece en mayor medida los efectos de una inflación elevada.
Riesgos para la inflación
Entre los riesgos para que se presente una inflación más alta, algunos miembros de la junta destacaron las presiones inflacionarias externas, especialmente de Estados Unidos. Uno afirmó que se prevé que estas presiones continúen afectando a las inflaciones general y subyacente en el segundo semestre del año.
Algunos agregaron presiones adicionales de costos. Uno agregó a lo anterior el riesgo de alta persistencia de la inflación subyacente, una depreciación cambiaria y aumentos en los precios agropecuarios. Comentó que, mientras la pandemia no ceda, es previsible que se presenten nuevas afectaciones sobre los precios.
Añadió que, si bien las lluvias han reducido las presiones sobre los precios agropecuarios, Estados Unidos enfrenta una sequía pronunciada, lo que podría afectar los precios en México. Otro apuntó que los precios de las materias primas han mostrado mayor estabilidad, por lo que el riesgo de mayores presiones inflacionarias provenientes de esta fuente se ha mitigado.