A pesar de la reforma al sistema de pensiones aprobada en 2020, el Centro de Estudios del Empleo Formal (CEEF) aseguró que continúa como uno de los grandes desafíos que tiene México en materia laboral. Así lo precisan estudios como Índice Mundial de Pensiones, realizado por Mercer y el CFA Institute, que advierten que México es una de las economías, cuyo esquema de pensiones representa un importante reto, al ocupar el lugar 35 en el ranking de 39 países, con los peores sistemas.
“El sistema de pensiones sufrió un cambio, a propósito de la reforma que se dio en 2020, y que implica el incremento de la contribución obrero patronal, pasando de 5.15 a 13.87 por ciento. Sin embargo, lo que no considera es la escaza cultura y posibilidad económica en los trabajadores para realizar aportaciones voluntarias a su jubilación”, señaló Armando Leñero, presidente del CEEF.
Leñero refirió que las consecuencias a largo plazo de no fomentar, con iniciativas tripartitas, el ahorro voluntario traería consecuencias lamentables: la tasa de reemplazo de los mexicanos (porcentaje que representa la jubilación respecto al último salario del empleado), será bajo el panorama actual, si acaso de aproximadamente 30 por ciento de su sueldo.
“El desafío con estas iniciativas es que están desarticuladas; por ejemplo, en el tema de pensiones no queda claro cómo será sostenible el sistema para el gran número de mexicanos que vivirán su jubilación en los próximos años.
De ahí que figure como uno de los esquemas con mayor desafío en América Latina», advirtió el directivo. Además, recordó que el sistema mexicano no tiene una cobertura adecuada, suficiencia de las prestaciones y sostenibilidad financiera. «Hoy el país vive una encrucijada porque la perspectiva de protección social no cubre esos tres aspectos y resulta muy limitada.
No hay crecimiento económico, es complicado mejorar las condiciones salariales, hay brechas de género en la cobertura y los mexicanos no pueden ahorrar más para su retiro», agregó.
Ante este panorama, el presidente del CEEF refirió la importancia de mejorar los requisitos del gobierno para el sistema de pensiones privado, incluida la necesidad de niveles mínimos de financiamiento en los planes de beneficios definidos; e incrementar el nivel de contribuciones financiadas para que aumente el nivel de activos a largo plazo.