Los futuros del crudo Brent cedían 7 centavos, a 84.82 dólares el barril, mientras que el West Texas Intermediate en Estados Unidos (WTI) restaba 8 centavos, a 81.91 dólares.
Ambos referenciales cayeron más de 1 por ciento en la sesión anterior y alcanzaron su nivel más bajo desde el 8 de agosto.
La atonía de la economía china está el punto de mira, después de que las cifras de ventas minoristas, producción industrial e inversión no cumplieran las expectativas, alimentando la preocupación por una ralentización más profunda y duradera del crecimiento.
Estos datos de actividad de julio han suscitado la preocupación de que China pueda tener dificultades para cumplir su objetivo de crecimiento de alrededor del 5 por ciento para este año sin más estímulos fiscales.
Tanto la OPEP+, grupo formado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, como la Agencia Internacional de Energía (AIE) confían en que China -el mayor importador petrolero mundial- impulse la demanda de crudo durante el resto de 2023.
Según Tamas Varga, analista de PVM, los problemas y el escepticismo e torno a China son cada vez mayores y la atención se centra en si el corazón palpitante del crecimiento mundial y de la demanda petrolera experimentará pronto una recuperación convincente.
Mientras tanto, las existencias petroleras en Estados Unidos cayeron en unos 6.2 millones de barriles la semana pasada, según fuentes del mercado que citaron cifras del Instituto Americano del Petróleo. Más tarde en el día se publicarán los datos de inventarios del gobierno estadunidense.
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