Tras dar a conocer los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos que en dicho país está a punto de romperse el récord de aves muertas a causa de la los brotes de gripe aviar, Héctor Mauricio Sánchez Rodríguez destacó que tal escenario se debe ver en México como una señal de alarma
De acuerdo con el infectólogo y profesor de la Universidad de Monterrey (UdeM), el riesgo de contagio entre humanos es muy bajo, por lo que reiteró a la población a “no caer en pánico”.
Sin embargo entre ave y personas es más alto el riesgo de contagio, por lo que se debe estar alerta y evitar ese brinco en la transmisión del virus.
“Debemos de ver esto que pasa en Estados Unidos como un espejo, es una buena alarma para irnos preparándonos de lo que va a venir y cuáles van a ser nuestras estrategias.
Sánchez Rodríguez reiteró que este escenario que se reporta en la Unión Americana “definitivamente” debiera ser un estado de preocupación dado que la Organización Mundial de la Salud la catalogó hace años como una enfermedad de riesgo de potencial pandémico.
A decir del especialista, la gripe aviar se ha venido dando en brotes cada cierto tiempo desde el año 1996 en China.
“Ahí surgió estos virus que los que más comúnmente vemos es el H5N1con alta patogenicidad, y el H7N9, etcétera, sin embargo el H5N1 es el que más hemos visto que hay brotes en aves de corral.
El especialista en infectología recalcó que no se tiene evidencia de qué aves migratorias en específico pudieran ser las que lleven el virus.
En Estados Unidos, dijo, se tiene el reporte de un halcón o de un par de cisnes.
“La principal preocupación es que este virus mute entre salto de especie y especie, y esa mutación es la que eventualmente puede originar una pandemia como la que desde hace años la OMS está preocupada”, enfatizó.
Estos virus, añadió, “iban a expandirse sí o sí”, por lo que la mejor postura que se puede tomar como sociedad es poner atención a las acciones que pudiera implementar la secretaría de Salud o la Secretaría de Agricultura.
Y con ello limitar el daño que pudiera generarse y para que no se dé el brinco del virus a mamíferos y a humanos.
“En el consumo de alimentos bien cocidos y bien manejados el riesgo disminuye muchísimo, el verdadero riesgo es para aquellos que manejan a los animales en las granjas”, precisó.