El yacimiento arqueológico de Pompeya (sur), la ciudad sepultada por la erupción del Vesubio hace dos milenios, ha reabierto completamente renovado su museo, en el que expondrán de forma permanente al público los vestigios de su pasado.
La colección llevaba tres meses cerrada por las medidas impuestas por el Gobierno italiano por la pandemia y ahora ha vuelto a abrir sus puertas, aprovechando que la región de Campania, donde se encuentra, está catalogada como de bajo riesgo de contagio.
El museo recibirá a sus visitantes con una exposición permanente de hallazgos de la ciudad enterrada por el Vesubio en el 79 d.C, desde amuletos de aquella sociedad profundamente supersticiosa hasta los moldes de las últimas víctimas descubiertas en su suelo.
De este modo se podrán ver los vestigios de la ciudad sepultada como los frescos de los jardines de la Casa de la Pulsera Dorada, las vajillas de plata de la Casa de Menandro o los moldes de yeso de las dos víctimas de la villa de Civita Giulana hallados en noviembre.
La reapertura además servirá para mostrar dos proyectos digitales del área arqueológica de Pompeya: la serie de pódcast «Pompeya: ciudad viva» y una nueva audioguía sobre el parque.
Con la renovación del Anticuario, como se conoce al museo, inaugurado por Giuseppe Fiorelli en 1873 y ampliado por Amadeu Miauri en 1926, se han recuperado sus galerías originales y restaurado sus vitrinas de los años cincuenta.
El propio museo, como esta ciudad maldita, tiene una historia agitada. Sufrió daños por los bombardeos aéreos de la Segunda Guerra Mundial en 1943, que derribaron una galería completa y destruyeron algunos de los hallazgos.
Después fue destrozado en 1980 por un terremoto que obligó a su cierre durante treinta y seis años hasta 2016, cuando pudo abrir las puertas para acoger exposiciones temporales.