El presidente checo Milos Zeman dio luz verde el miércoles a un centenar de ciudadanos checos para ayudar al ejército ucraniano a combatir las fuerzas rusas, declaró su portavoz.
Zeman, que en otro tiempo había sido prorruso, cambió de posición tras la invasión de Ucrania el 24 de febrero.
Poco después, calificó de «loco» a su aliado de larga data, el presidente Vladimir Putin.
«El miércoles, firmó, a petición de ellos, una decisión por la que aprobaba la adhesión de 103 ciudadanos a las fuerzas armadas ucranianas», indicó su portavoz Jiri Ovcacek en un comunicado.
Desde el comienzo de la guerra, combatientes extranjeros de diferentes nacionalidades han estado luchando en el lado ucraniano tras el llamamiento del presidente Volodimir Zelenski.
La decisión del presidente también fue aprobada por el primer ministro Petr Fiala.
Los dos políticos acordaron en marzo no castigar a los checos que van a la guerra para unirse a las tropas ucranianas.
La legislación checa prohíbe a los ciudadanos de la República Checa luchar en el extranjero.
El gobierno de Fiala también proporcionó asistencia militar a Ucrania por unos 125 millones de dólares.