Luego de que representantes del sector de la masa y la tortilla advirtieron que en las próximas semanas podrían continuar aumentando el precio del kilogramo de la tortilla, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) urgió a los clientes denunciar los establecimientos que de manera injustificada incrementen los precios del alimento.
En una petición de información hecha por MILENIO, la Profeco señaló que, si los consumidores denuncian los establecimientos que de manera injustificada aumenten los costos de la tortilla, estás serán sancionadas por la autoridad federal.
“Profeco hace un llamado a los consumidores que identifiquen aumento injustificado de precios a que presenten una denuncia; y aquellos establecimientos que incurran en esa práctica serán verificados y deberán, en su caso, demostrar que tienen justificación, de lo contrario serán sancionados”, aseveró.
Precio de la tortilla Expuso que el precio promedio del kilogramo de tortilla en tortillerías se vendió en promedio en 16.80 pesos en la primera semana de abril, con una variación de 50 centavos (3.1 por ciento), por arriba del precio promedio de 16.30 pesos de la primera semana de marzo.
En ese sentido, indicó que la tortilla en autoservicios se vendió en promedio de 12.20 pesos en la primera semana de abril, con una diferencia de 30 centavos (2.5 por ciento) por arriba del precio promedio de 11.90 de la primera semana de marzo. “La tortilla en tortillerías registró los precios promedio más altos en La Paz, Playa del Carmen y Culiacán. La tortilla en autoservicios registró los precios más altos en establecimientos de La Paz, Aguascalientes y Playa del Carmen con precios arriba del promedio general”, aseguró.
Esto luego de que el Consejo Rector de la Tortilla Tradicional Mexicana, y la Cámara Nacional de la Industria de Producción de Masa y Tortillas (CNIPMT), advirtieron que en las próximas semanas podrían continuar dándose aumentos en el precio del kilogramo de la masa y por ende en la tortilla en el país.
Explicaron que el incremento podría darse porque las grandes comercializadoras continúan acaparando el maíz, como sucedió desde el inicio de la pandemia del coronavirus, aunado a que Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) ha incumplido con su compromiso de vender directamente el grano a los productores.