Presuntos narcotraficantes cavaron al menos dos zanjas para incomunicar el municipio de Aguililla, en Michoacán, donde en los últimos meses se ha registrado un éxodo de más de 3 mil habitantes que han padecido una grave crisis humanitaria por la violencia.
El sacerdote católico Salvador Sánchez, vocero de la Arquidiócesis de Apatzingán, a la que pertenece Aguililla, informó este domingo que pobladores denunciaron que un grupo de hombres armados realizaron dos zanjas en la carretera Apatzingán-Aguililla, en el corazón de la región Tierra Caliente de Michoacán. Los cortes fueron realizados en horas de la madrugada del domingo, con una máquina excavadora, ocupada en la construcción y popularmente denominada como mano de chango, a la altura de los poblados de Potrerillos y El Terrero.
La Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán (SSP), precisó que un centenar de policías permanecen en la zona para evitar nuevos ataques a la carretera, la cual fue reparada momentáneamente por los uniformados, utilizando palas, piedras y tierra.
De acuerdo con la Guardia Nacional, el municipio de Aguililla está en disputa por los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de La Nueva Familia Michoacana, éste último apoyado por sus brazos armados autodenominados como Los Blancos de Troya y Los Viagras.
Ambos cárteles han protagonizado innumerables enfrentamientos con ráfagas de rifles de asalto, granadas de fragmentación, así como con drones habilitados con cargas de explosivos. Incluso, los narcotraficantes han utilizado vehículos llamados «monstruo», fabricados de forma artesanal con la estructura de camiones y habilitados con gruesas capas de metal a manera de blindaje.
José Luis Segura Barragán, un sacerdote católico que en los últimos ocho años ha alzado la voz ante el abandono gubernamental de la Tierra Caliente, ha explicado en diversas ocasiones que la violencia provocó el éxodo de más de 3 mil pobladores de El Aguaje, la localidad más emblemática de Aguililla.
La grave crisis humanitaria también motivó la visita del Nuncio Apostólico en México y representante del papa Francisco, Franco Coppola, en Aguililla donde se reunió con pobladores a quienes les llevó un mensaje de fe y esperanza, además de llamar a los narcotraficantes a la conversión.