El número de muertos por el brote de cólera en Haití es probablemente «mucho mayor» de lo que se había informado y se espera que aumente, dijo la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtiendo que las múltiples crisis del país complicarán la respuesta humanitaria.
La nación caribeña anunció el domingo que al menos siete personas habían muerto de cólera, lo que hace temer un resurgimiento de la epidemia después de casi tres años.
Se detectaron múltiples casos sospechosos en Carrefour Feuilles, en las afueras de Puerto Príncipe, y en el barrio costero de Cite Soleil.
Estas zonas están totalmente controladas por las bandas y su acceso es muy difícil desde finales de julio de 2022.
Las condiciones en Haití han empeorado en las últimas semanas con bloqueos, escasez de combustible, marchas de protesta, saqueos y huelgas generales.
«Esta situación complica enormemente la respuesta humanitaria», detalló el vocero de la OMS, Christian Lindmeier. «La situación está evolucionando rápidamente, y es posible que casos anteriores no se hayan detectado», añadió.
Dijo que las cifras de muertos podrían ser «mucho más altas».
«Con la situación humanitaria tal y como está, la situación sanitaria y las zonas controladas por las bandas en las que apenas hay acceso para controlar, hacer pruebas o incluso traer ayuda, debemos esperar, por desgracia, que los casos sean más numerosos y que aumenten», subrayó.
Lindmeier explicó que se estaba preparando una solicitud para presentarla al grupo de coordinación internacional para la adquisición de vacunas orales contra el cólera.
En febrero Haití había cumplido tres años sin un solo caso de cólera confirmado y se estaba preparando para presentar su caso para la certificación del estatus libre de cólera a finales de 2022.
El cólera mató a unas 10 mil personas tras el terremoto de 2010, cuando los trabajadores de Naciones Unidas que ayudaban en la respuesta lo introdujeron en el país.
Ese brote afectó al menos a 820 mil personas según la OMS.
Las primeras infecciones virales se detectaron en torno al río Artibonite, donde las fuerzas de paz de la ONU habían vertido materia fecal.
No fue hasta agosto de 2016 que la ONU reconoció oficialmente su papel en el inicio de la epidemia.