La «fatiga del metal» es ahora la pista preferida por las autoridades para explicar el incidente ocurrido el sábado en un vuelo de United Airlines en Estados Unidos, que condujo a la inmovilización de parte de la flota mundial de los Boeing 777.
Incluso antes del incidente de United Airlines, la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos ya evaluaba hacer inspecciones más estrictas en estos aviones con motor Pratt & Whitney, tras un incidente en Japón en diciembre de 2020, dijo este martes un portavoz de la agencia reguladora.
Un Boeing 777-220 de la compañía estadounidense United Airlines que acababa de despegar el sábado de Denver (Colorado) hacia Honolulu (Hawái) con 231 pasajeros y 10 tripulantes sufrió el incendio del motor derecho, y los pilotos debieron efectuar un retorno de emergencia.
La FAA indicó que tras la rotura de un aspa del ventilador de un aparato de Japan Airlines el 4 de diciembre de 2020, se abocó a revisar los registros de inspección y el historial de mantenimiento del motor para «determinar la causa de la fractura» y «evaluaba si ajustar las inspecciones de los álabes», dijo un portavoz de la agencia reguladora.
La agencia reguladora también revisó 9 mil informes de inspección de las aspas y emitió directivas para fijar nuevas reglas de revisión sobre los motores Pratt & Whitney, después de otro incidente protagonizado por ese tipo de motor en un vuelo de United Airlines de febrero de 2018 que de todos modos logró aterrizar de manera segura, agregó el portavoz.
Esas informaciones han salido tras las primeras conclusiones de la oficina estadounidense de Seguridad en el Transporte, NTSB, sobre el incidente en Colorado y mientras la FAA ordenó inspecciones adicionales en estos Boeing 777.
«Un examen preliminar en el lugar indica daños compatibles con una fatiga del metal», un proceso de degeneración del material, dijo el lunes el presidente de la NTSB, Robert Sumwalt, en una conferencia de prensa.
La aeronave de United Airlines consiguió dar la vuelta y aterrizar en el aeropuerto, pero piezas metálicas del fuselaje cayeron sobre una zona residencial de los suburbios de Denver. Nadie resultó herido.
El fabricante de aviones estadounidense recomendó la noche del domingo la suspensión de vuelos de los 128 aviones en todo el mundo equipados con un motor similar, y un portavoz confirmó a AFP el lunes que todos habían sido inmovilizados.
De estos, 69 estaban en servicio, incluidos 24 de United Airlines, 13 de Japan Airlines (JAL), 19 de All Nippon Airways (ANA), 7 de Asiana y 6 de Korean Air. Los otros 59 estaban guardados por separado.
Sumwalt también confirmó que dos de los álabes de un compresor estaban dañados. Uno de ellos fue hallado en una cancha de fútbol, el otro quedó atascado en el motor.
Los funcionarios de la FAA se reunieron con representantes de Boeing y de Pratt & Whitney el domingo por la noche. El fabricante de motores estadounidense dijo que estaba cooperando con la NTSB y «continuará trabajando para garantizar el funcionamiento seguro de la flota».
Por su lado, las autoridades holandesas anunciaron el lunes la apertura de dos investigaciones tras la caída dos días antes de piezas del fuselaje de un avión de carga Boeing 747-400, que hirieron a dos personas en el sur del país.
Las acciones de Boeing cayeron más de 2% el lunes en la Bolsa. El incidente supone un nuevo revés para el fabricante de aviones, que apenas se recupera de la crisis del 737 MAX, su avión insignia que quedó en tierra en mayo de 2019 tras dos accidentes que dejaron 346 muertos.
Después de casi dos años de prohibición, una modificación del software de control de vuelo y la implementación de nuevos protocolos de entrenamiento de pilotos, el 737 MAX fue autorizado nuevamente para volar.
Boeing también se ha visto duramente golpeado, como su rival Airbus, por la pandemia de covid-19 y sus desastrosas consecuencias en el transporte aéreo internacional.
Varios expertos creen no obstante que el incidente del 777 del sábado en Estados Unidos es más un problema de mantenimiento o de motor que del diseño del avión por parte de Boeing.
En servicio durante más de 25 años sin accidentes importantes, el dispositivo «tiene una reputación muy sólida», subrayó Michel Merluzeau, experto de la firma AIR.
El problema actual «no tiene nada que comparar» con la crisis del Boeing 737 MAX, estimó también Richard Aboulafia, analista de Teal Group, especialista en aeronáutica.
«Después de todos estos años de servicio, es poco probable que se trate de un problema de diseño del motor», estimó. «Definitivamente tiene que ver con el mantenimiento».