Una de cada tres mujeres de entre 15 y 49 años en el mundo ha sufrido al menos una vez en la vida violencia física y sexual, una cifra que, si se amplifica a otros números, son 736 millones, así lo reveló hoy el más completo estudio elaborado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre un fenómeno que sigue «terriblemente generalizado».
El informe, que además es recopilado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ONU Mujeres, también alerta que las cifras de violencia se han mantenido a lo largo de la última década, y que estas agresiones comienzan pronto en la vida de las mujeres: una de cada cuatro jóvenes de entre 15 y 24 años en el planeta las han sufrido.
Hay 641 millones de víctimas que han sido violentadas a manos de sus parejas, aunque el estudio también indica que un seis por ciento de las mujeres que han sufrido asaltos físicos o sexuales fueron agredidas por terceros.
El miedo esconde una cifra que puede ser superior El documento advierte que los números podrían ser en realidad mucho mayores, dados los altos niveles de estigma que sufren en ocasiones las víctimas, que llevan en varios casos a no denunciar este tipo de vulneraciones a los derechos humanos, pese a la aparición de fenómenos como el #MeToo.
«La violencia contra las mujeres es endémica en cada país y cultura, perjudicando a millones de mujeres y a sus familias», resumió el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien afirmó que la pandemia del coronavirus no ha exacerbado esta lacra. Un problema que «a diferencia del covid-19, no puede pararse con vacunas, sino con el sostenido esfuerzo de gobiernos, comunidades e individuos para cambiar actitudes dañinas, mejorar la igualdad de oportunidades (…) y apoyar relaciones sanas y de respeto mutuo», concluyó.
La violencia contra la mujer es «la violación de derechos humanos más extendida en todo el mundo, y en muchos casos apenas es perseguida», resumió en la rueda de prensa de presentación del estudio la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka.
La violencia contra la mujer abarca a todos los continentes del mundo Los países en desarrollo son los que alcanzan mayores cifras sobre la violencia ejercida contra la mujer por parte de sus parejas. Tal es el caso en las Islas del Pacífico, que afecta ente el 40 y el 50 por ciento de ellas, un panorama que el sur de Asia llega al 35 por ciento y en África Subsahariana llega al 33 por ciento, según el informe.
Al otro lado del espectro se encuentra el sur de Europa todavía es del 16 por ciento, un número que, pese a lo bajo de otras regiones, sigue siendo alarmante, al igual que en el resto de ese continente, donde oscila entre el 20 y el 23 por ciento, mientras que en todo el continente americano esto sube al 25 por ciento.
En este aspecto, según el documento, hay un 24 por ciento de mujeres víctimas de la violencia, la cifra en Latinoamérica es liderada por Perú, con un 38 por ciento, mientras, seguido de Colombia, con 30 por ciento, y en Argentina, con 27 por ciento. Esta cifra latina no baja de los dos dígitos, Brasil llega al 23 por ciento, Chile es de un 21 por ciento y Venezuela reporta 23 por ciento. A nivel de habla hispana, España registra un 15 por ciento de mujeres agredidas bajo esa tópico.
La experta mexicana Claudia García-Moreno, del departamento de Salud Reproductiva de la OMS y una de las autoras del informe, pidió sin embargo cautela a la hora de analizar estas cifras, ya que en algunos países una tasa baja podría significar no una baja prevalencia de casos, sino que muchos no se denuncien. También subrayó que en el futuro los porcentajes, pese a las campañas contra este tipo de violencia, podrían incluso aumentar en ciertas regiones, precisamente por el aumento de la concienciación y las denuncias.
La violencia contra la mujer involucra a toda la sociedad El estudio se basa en datos recopilados entre 2000 y 2018, por lo que todavía no aborda específicamente el impacto de la pandemia del coronavirus y los confinamientos en el temido aumento de los casos de violencia machista, y reúne estadísticas de 158 países, el doble que en el anterior informe de la ONU sobre el tema, de 2013. «Eso es un avance positivo, nombrar la violencia y medirla es el primer paso para combatirla», subrayó García-Moreno El director general de la OMS subrayó que el impacto de esta violencia no sólo tiene efectos a largo plazo en las mujeres que la sufren, tanto físicos como psicológicos, sino que también «daña los cimientos de la familia, la comunidad, las economías y las naciones».
«Se trata de un viejo problema que podemos cambiar, y sabemos lo que funciona», recalcó Tedros, quien citó como posibles soluciones la reforma de leyes discriminatorias y la puesta en marcha de programas educativos que «desafíen los estereotipos de género». Además «debemos luchar contra las normas sociales que apoyan puntos de vista dañinos sobre la masculinidad y consienten esta violencia», concluyó.