La crisis de inseguridad alcanza niveles de ingobernabilidad en algunas regiones del país que presentan serios vacíos de autoridad, donde la violencia criminal ha crecido exponencialmente como nunca antes, en delitos como el homicidio doloso, el robo, el secuestro y la extorsión, advirtió la expresidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Mirelle Roccatti Velázquez.
En la ponencia “La independencia del Poder Judicial y reformas al Sistema de Justicia”, presentada ante el Senado, la académica de la UNAM señala que la política pública de seguridad del actual régimen fue ejecutada sin un diagnóstico certero previo y se ha ido construyendo de manera reactiva ante fenómenos delictivos inéditos a los que el Estado mexicano se ha enfrentado, como los ocurridos en varios estados durante el proceso electoral de este año.
Además, denuncia que no hay un enfoque integral que enlace la política de seguridad, con las de educación, salud y empleo, aunado a que existe “una gran descoordinación entre las diversas instituciones federales”, como las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena), Marina (Semar), la Guardia Nacional (GN) y la Fiscalía General de la República (FGR), lo que se ve agravado en materia de información de inteligencia.
La doctora Roccatti destaca el crecimiento nunca antes visto en los homicidios dolosos, pues de enero de 2019 a diciembre de 2020 se registraron 76 mil 841 muertes violentas, lo que hace un promedio diario de 97 homicidios.
Además, subraya que las violaciones a derechos humanos por parte de miembros de la Sedena, la Semar y la GN han crecido considerablemente y el sistema penitenciario se encuentra en crisis, situación que se evidencia con fugas de reos, hacinamiento y violaciones a los derechos humanos.
En el documento, la exombudsperson sostiene que el trasiego de drogas de México hacia Estados Unidos sigue en aumento y se diversifica, pues se agrega a la lista de estupefacientes el fentanilo opioide sintético, que desplazó en consumo a otros psicotrópicos como la marihuana, la cocaína y la heroína, siendo ahora una de las principales fuentes de financiamiento de algunas organizaciones criminales.
“Los precios de las drogas al mayoreo y menudeo se mantienen estables, lo que indica que no existe escasez a pesar de los decomisos realizados”, señala.