Mantener el control de tu presupuesto y evitar que la crisis económica que actualmente se vive en el país afecte tu bolsillo, es parte de la nueva normalidad frente a la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad covid-19, la cual trajo consigo la adopción de nuevos gastos en productos como cubrebocas, gel antibacterial, entre muchos otros.
De acuerdo con Fintonic, el primer optimizador financiero en el mundo, la pandemia por covid-19 ha significado una serie de retos tanto para los países como para las personas, cuya transformación de gastos también ha implicado dejar los restaurantes y el transporte público para pedir más alimentos a través de apps de delivery o solicitar más taxis o servicios de aplicaciones de transporte privado.
«Es un hecho que el confinamiento ha cambiado en mucho la forma en la que las personas gastan su dinero y los cambios en los patrones de gastos pueden significar un riesgo para las finanzas personales si se adaptan de forma tardía al nuevo presupuesto».
Por lo anterior, este optimizador financiero, propone una serie de claves para evitar que dichos gastos afecten tus finanzas personales:
Pensar en los gastos como un virus: los gastos también pueden mutar de forma repentina y no de maneras tan sutiles como las que se viven en tiempos de calma. No sólo durante la pandemia, sino también en cambios de residencia, de trabajo, de país o de escuela, los gastos mutan y se adoptan otros a velocidades que dificultan que las personas se acomoden a ellos.
Registra tus gastos: Es indispensable llevar un registro con los gastos que se han adoptado como sanitizantes, seguros, etcétera) y los que han mutado (apps de comida, e-commerce, entre otros. Esto permitirá saber en qué se va ahora el dinero, qué gastos se pueden prescindir o si el ahorro aumentó o disminuyó y qué se puede hacer al respecto.
Plantear nuevos objetivos. En el caso de la actual pandemia, el hecho de que se gaste menos en ciertas categorías, no asegura que, de forma automática, se va a ahorrar más. Por ello es importante crear nuevos objetivos con ese dinero que, en apariencia, “sobra”.
No dejes de ahorrar. Una vez identificados los gastos nuevos y los gastos que han mutado, así como la cantidad de la que se dispone para ahorrar y los nuevos objetivos, el siguiente paso es separar la cantidad destinada al ahorro y, de ser posible, hacerlo de forma.
Contar con un presupuesto renovado es clave en este momento, pues ayuda a tener claridad ante las nuevas prioridades al tiempo que se fomenta el ahorro.
Esta nota originalmente se publicó en Milenio