En enero, los dueños de una empresa que pertenece a la delegación Oaxaca de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) liquidaron a 30 de sus obreros, entre soldadores, operarios y ayudantes, ante la imposibilidad de mantener la nómina, principalmente, porque dos empresas subsidiarias de Petróleos Mexicanos (Pemex) no han cubierto un adeudo que tienen con los constructores por obras realizadas en 2020, en la refinería de Salina Cruz.
Esa empresa, cuya identidad se reserva a petición de sus propietarios por razones de seguridad y para evitar represalias, no es la única afectada económicamente y que forma parte de la CMIC, también hay otras que ya “bajaron la cortina”, que se dedican a la obra eléctrica y al ámbito de la obra civil mecánica. A estas tampoco les ha pagado las subsidiarias de Pemex. Las deudas de la petrolera están asfixiando la economía local.
Víctor Alonso González Jiménez, integrante de la CMIC, delegación Salina Cruz, dice que las dos subsidiarias de la petrolera que adeudan a los constructores de la CMIC son Pemex Transformación Industrial y Pemex Logística. La primera se encarga de licitar las reparaciones en la refinería Antonio Dovalí Jaime, de Salina Cruz. y la segunda, de la transportación de productos petrolíferos.
González Jiménez denuncia que hay empresas constructoras a las que las subsidiarias de la petrolera mexicana les deben desde el año 2017, pero la mayoría de las deudas son recientes.
Tan sólo entre septiembre del año pasado y enero de este año, las compañías locales realizaron reparaciones en las plantas primaria 1, catalítica 1 e hidros 2 de la refinería, donde se separan los productos petrolíferos en gasolinas, turbosinas, diésel y combustóleo. A ninguna empresa se le ha pagado.
Por estos adeudos de la petrolera, según José Manuel Gómez, vicepresidente de energía de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, ascienden a 500 millones de pesos, los constructores se han manifestado en dos ocasiones frente a la refinería. Fu el pasado 17 de febrero, cuando, sin bloquear el paso de las pipas que abastecen de gasolina o diésel a las estaciones de servicio de la entidad oaxaqueña, informaron el monto millonario de la deuda.
El vicepresidente pide no dar a conocer el nombre de las empresas que cerraron y están liquidando a sus empleados, pues asegura que la mayoría de los constructores tienen temor de declarar, pues piensan que las subsidiarias de Pemex tomen represalias por las protestas y las denuncias que realizan.
No obstante, detalla que los trabajos realizados y que aún no se han pagado abarcan los años 2017, 2018, 2019 y 2020, así que la necesidad vence al miedo.
“Estamos en una situación crítica e insostenible. Ya no podemos aguantar”, dice preocupado y molesto el empresario, Víctor Alonso González Jiménez, quien acusa que por falta de pagos de Pemex, la mayoría de las empresas agremiadas a la CMIC ya no tienen ni dinero para pagar su participación en nuevas licitaciones.
“Debemos a nuestros proveedores que nos surten de gas, pintura, acero, cemento, equipos de soldadura, arena, grava, cables de electricidad. Los proveedores también están siendo afectados por la falta de pagos de las dos subsidiarias de la petrolera”, añaden los industriales inconformes.
De acuerdo con González Jiménez, el problema de falta de pagos, contrataciones, distribución y operación del sistema petrolero comenzó cuando Pemex se partió en varias empresas, momento en el que nace Pemex Transformación Industrial, Pemex Logística, Pemex Refinación y Exploración, etcétera.
“Antes, el gerente de una refinería se encargaba de los contratos y de los pagos. Ahora no tiene esa facultad porque se lo prohíbe la ley, pero perdemos todos”, dice.
Denuncia que alguien en el área de finanzas o pagos de Pemex Transformación Industrial y Pemex Logística “no está haciendo bien su trabajo” y está creando conflictos graves.
“Aquí en el Istmo está afectando a la economía. Estamos en una situación precaria y en todas las zonas de influencia de las refinerías del país se repiten los mismos problemas de falta de pago”, afirma.
De acuerdo con lo señalado por los empresarios, esta situación no es local, sino que afecta a las otras cinco refinerías del país, por lo que, según sus cálculos, si se estima una deuda similar en cada una, la petrolera podría adeudar a constructores unos 3 mil millones de pesos. “La empresa petrolera debe mostrar mayor responsabilidad en sus compromisos”, expresan los integrantes de la CMIC.
Dentro de la refinería, las 25 constructoras locales que reclaman los pagos atrasados han realizado trabajos diversos, como reparaciones de tanques verticales de almacenamiento de 50 hasta mil barriles de combustible; cambios de tubería, y la reparación de calentadores y de línea de desfogue, entre otras acciones que requiere la refinería.
“Hacemos una labor titánica y en medio de grandes riesgos y bajo esas circunstancias, ahora andamos buscando dinero con la familia, los bancos y agiotistas para salvar la chamba”, lamentan.
No es buen momento para exigir los pagos, pues, de acuerdo con la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), para octubre de 2020, Pemex debía 150 mil millones de pesos sólo a proveedores y, desde entonces, se alertaban adeudos a empresas en Campeche. Mientras que, según la SHCP, en los primeros 11 meses de 2020, la deuda de la petrolera creció hasta los 209 mil 21.9 millones de pesos.